Transición energética: de las fuentes convencionales a las renovables

Transición energética: de las fuentes convencionales a las renovables

A la comparación entre las experiencias europea y china está dedicado el informe The energy transition: ongoing in the European union & Emerging in China, en el marco de una colaboración para la investigación sobre la transición energética en China y Europa. 

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Ahora China está más cerca, gracias también a la transición energética. El cambio de los combustibles fósiles a la energía libre de carbono es una exigencia común para todos los países que quieren satisfacer una necesidad energética cada vez más fuerte sin sacrificar sus recursos naturales.

El mayor consumidor de energía del mundo, China, empezó con un poco de retraso con respecto a Europa, y sin embargo decidió recuperar terreno y, en un marco de fuerte aumento de la demanda de energía, se comprometió a incrementar las fuentes renovables hasta la quinta parte del total. Eso ocurrirá en 2030, cuando también Pekín tendría que empezar a reducir el volumen de CO2 emitido a la atmósfera.

 

Está cambiando la forma de consumir y producir energía

A la comparación entre las experiencias europea y china está dedicado el informe The energy transition: ongoing in the European union & Emerging in China, que redactaron Giuseppe Montesano y Alain Wormser de la Fondazione Enel, Daniele Agostini Head of Low Carbon and European Energy Policies de Enel, y HTERI, el instituto de investigación socioeconómica de Huaneng Group, una de las cinco mayores utilidades chinas, en el marco de una colaboración para la investigación sobre la transición energética en China y Europa, con especial atención a los casos italiano y español, pero también a las implicaciones para todas las utilidades interesadas. 

Enel Foundation presentó el informe el pasado 15 de noviembre en Marrakech con motivo de la Conferencia Onu sobre el cambio climático. En la conferencia participaron representantes del Parlamento europeo, de las instituciones públicas chinas e italianas, universidades de excelencia mundial y miembros de organizaciones internacionales no gubernamentales del sector de la electricidad.

Entre los participantes cabe destacar a Simone Mori, Director de Asuntos Europeos del Grupo Enel y a Carlo Papa, Director de Enel Foundation, además de Francesco La Camera, Director General del Ministerio italiano de Medio Ambiente, Duan Maosheng, catedrático de la Tsinghua University, Li Junfeng, Director General del NCSC de Pekín, Robert Stavins, Director del Harvard Environmental Economics Program.

"Tal y como la edad de la piedra no finalizó por falta de piedras, así la edad del petróleo no acabará por falta de petróleo": la más famosa frase del antiguo ministro del petróleo saudí Ahmed Zaki Yamani aparece al comienzo del informe para despejar en seguida cualquier duda: la transición energética no la produce el agotamiento progresivo de los pozos petroleros sino la innovación tecnológica y la calidad de las decisiones políticas.

Al pasar revista a los hechos y los fenómenos de los últimos veinte años, la idea se vuelve más clara: el protocolo de Kyoto, las nuevas necesidades de los consumidores, la fragmentación de los mercados, la interconexión de los sistemas económicos y energéticos impulsan hacia la transición energética, que es y será, tanto en China como en Italia, el resultado del equilibrio entre sostenibilidad medioambiental, competitividad de las empresas, acceso a la energía y seguridad de los suministros, como destaca el informe de Enel Foundation.

Para que nos enteremos de cómo el mundo va a cambiar gracias a la transición energética, Enel Foundation eligió, al presentar el informe, tres estudios de casos efectuados por Enel.

El primero se desarrolla en España, donde la energía eólica se utiliza para cubrir los servicios de la red auxiliar: como lo explica Santiago Domínguez, Manager de Operations & Maintenance de Enel Green Power, antes de finales del 2016, el proyecto se ampliará a casi todos los más de 70 parques eólicos presentes en España, para un total de 1600 MW.

El proyecto italiano se llama Futur-e, y fue ilustrado por el responsable Marco Fragale: se trata de convertir 22 centrales alimentadas por combustibles fósiles en oportunidades para el desarrollo de las comunidades locales

“Una etapa en el camino de la transición: el proyecto Futur-e de Enel, con la transformación en espacios sociales de centrales eléctricas ya no competitivas para el mercado energético. Una oportunidad que las comunidades locales tendrán que coger al vuelo”

El tercer estudio, presentado por Alessio Montone,  responsable de Smart Meter Solutions, está dedicado a las redes y contadores inteligentes y muestra como la innovación tecnológica, a través de estas herramientas, pueda acrecentar la eficiencia de los sistemas energético y económico.

 

Il papel de los responsables políticos

El documento The energy transition describe también los escenarios para los responsables políticos y las empresas del sector eléctrico. Los primeros tendrán que fomentar la cooperación transfronteriza, la flexibilidad de la demanda y la oferta de energía, eliminar las emisiones nocivas y obligar a cada actor del mercado a respetar sus obligaciones.  

Por su parte, las empresas eléctricas tendrán que enfrentarse con un número creciente de competidores, adaptarse rápidamente a las nuevas tecnologías e satisfacer exigencias medioambientales cada vez más apremiantes, y sin embargo tendrán que mantener la flexibilidad necesaria para hacer frente a los cambios.

 

La misión de Enel Foundation

La Fundación Enel, coautora del informe, es una institución sin ánimo de lucro, comprometida para la investigación y los estudios estratégicos sobre la energía. Las actividades de la Fundación responden a la exigencia de prever e interpretar las nuevas necesidades de la sociedad y los mercados  en el contexto global actual.

Su finalidad es contribuir al debate internacional sobre la energía y los temas relacionados, precisamente como ocurrió en Marrakech con el informe The energy transition, que sugiere como la transición energética pueda dirigir el mundo hacia un futuro de bienestar para todos, de mayor eficiencia y mejor protección de los recursos medioambientales.