Enel Green Power, líder de las energías renovables: un sueño que dura diez años

Enel Green Power, líder de las energías renovables: un sueño que dura diez años

En 10 años, Enel Green Power se ha convertido en líder de las energías renovables. Se ha celebrado en Roma el #Renewables4All, un evento retransmitido en directo en streaming sobre las energías limpias y el futuro del planeta, con Antonio Cammisecra, Administrador Delegado de Enel Green Power, y el experto de macrotendencias Patrick Dixon.

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El 2008 parece que fue ayer y, sin embargo, en cierto sentido parece estar tan lejos como la prehistoria: un año en el que buena parte del mundo todavía estaba convencida de que el calentamiento global era un invento, en el que tan solo los filósofos conocían el concepto de sostenibilidad y en el que el petróleo se quemaba sin pensar en las consecuencias que pronto aparecerían de forma evidente; porque, como escribió Voltaire, “los hombres discuten. La naturaleza actúa”. Y desgraciadamente lo hace a través de los fenómenos extremos de la desertificación, la tropicalización del clima y el derretimiento de los casquetes polares.

En aquel 2008, tan cerca pero a la vez lejos, cuando, en palabras de Francesco Starace, Consejero Delegado y Director General de Enel, “las energías renovables se consideraban como secundarias”, hubo hombres que, a pesar de todo, eligieron actuar en lugar de discutir. Decidieron crear una empresa que aprovechara la potencia del sol, del viento, del agua y de las entrañas de la tierra como nadie había logrado hacer hasta la fecha. En un arranque revolucionario, imaginaron un futuro sin carbón ni petróleo. Y, tras imaginarlo, trabajaron para convertir su idea en realidad, instalación tras instalación y sueño tras sueño.

El nombre de esa empresa es Enel Green Power.

A los diez años de su fundación, esa empresa que nació como una startup con ideas pioneras se ha convertido en el líder mundial del sector de las energías renovables, con más de 43 GW de capacidad gestionada y 100 TWh de energía generada por más de 1.200 instalaciones en cinco continentes. Y no solo eso, sino que también representa un acelerador poderoso del desarrollo sostenible, para el cual Naciones Unidas, en su Agenda 2030, estableció 17 objetivos cruciales para la supervivencia de nuestro planeta en diferentes sectores: educación, big data, inclusión laboral, nuevas formas de considerar las obras y las relaciones con las comunidades locales, proyectos para facilitar la energía y, en cierto sentido, la vida misma a aquellas mil millones de personas que, sobre todo en África, todavía no tienen acceso a ella.

 

“El sueño se ha hecho realidad. El éxito de Enel Green Power se debe al hecho de ir siempre un paso adelante respecto a los demás, a la curiosidad por conocer todo lo nuevo que iba a llegar pero, en cierto sentido, considerándolo ya como viejo, siempre listos para ir más allá. Básicamente, lo especial fue llevar a cabo un sistema que unió a personas extraordinarias alrededor de una visión que en aquella época se veía de forma idealista”

 

Francesco Starace, Consejero Delegado y Director General de Enel

Precisamente con motivo del aniversario de los primeros diez años de ese sueño que se ha hecho realidad, el pasado 5 de diciembre se celebró en Roma el evento #Renewables4All, durante el cual, en presencia de “influencers” procedentes de cuatro continentes, se debatió sobre la transición energética actual y las perspectivas del sector para el futuro. Junto a Antonio Cammisecra, Administrador Delegado de Enel Green Power, el ponente principal fue Patrick Dixon, autor de 16 libros sobre el tema de las macrotendencias globales, presidente de la sociedad de investigación Global Change Ltd., experto de renombre internacional de temas como innovación, análisis de las tendencias y estrategias empresariales y a quien en 2005 el reputado sitio web Thinkers 50 incluyó entre los 20 mayores intelectuales del gestión del mundo.

“En los próximos veinte años, nuestras acciones determinarán el futuro de la humanidad para los próximos dos mil años”, afirmó con énfasis Dixon. “Hoy ya contamos con toda la tecnología necesaria para salvar el planeta: por ejemplo, una hora de luz solar convertida en energía, potencialmente podría proporcionar energía suficiente para todas las actividades humanas durante un año, y un parque de paneles solares de 40 km de lado podría facilitar energía a toda Europa. Pero la cuestión es: ¿lograremos construir estas estructuras antes de que sea demasiado tarde?”

Es una pregunta apremiante que, en opinión de Antonio Cammisecra, cada uno de nosotros contribuirá a contestar: “El impulso fundamental hacia el cambio –dijo el Administrador Delegado de Enel Green Power– llegará de las personas, de nuestros clientes, que, al estar cada vez más concienciados, escogerán las energías renovables no solamente por su precio más conveniente sino por ser socialmente más aceptables”.

Le hizo eco Dixon, convencido de que “el futuro no lo determinarán solamente la innovación tecnológica o las políticas, sino sobre todo las emociones y la pasión que suscitan. La gente no deja de echar plástico al mar de un día para otro porque la ley se lo impone, sino porque le conmueve la foto de un rorcual ahogado por unas bolsas de plástico”.

A propósito de pasión, para Enel Green Power estos primeros diez años solo han sido el comienzo: “Tenemos que seguir con nuestras ganas de explorar, cambiar e incluso criticar lo que hacemos”, dijo Cammisecra. “Nosotros no vendemos solo energía: lo que vendemos es una solución de sostenibilidad y tenemos el orgullo de ser los primeros en el mundo.” Sostenibilidad que ahora precisamente ha dejado de ser un concepto filosófico para convertirse en una forma de hacer negocios.

 

“También cuando construimos una planta de energías renovables somos conscientes de que causamos un impacto, y trabajamos para reducirlo al mínimo. Nos hemos acostumbrado a considerar la central, su entorno y las comunidades que viven en la zona como un ecosistema único, donde tenemos el deber de crear valor compartido. Para nosotros, el de energía renovable es un concepto ya viejo; hoy preferimos hablar de energía sostenible”
Antonio Cammisecra, Administrador Delegado de Enel Green Power

 

El gran equipo de Enel Green Power, que a pesar de sus dimensiones conserva el mismo espíritu de la antigua startup, es consciente de los nuevos retos con los que todavía tiene que enfrentarse: las macrotendencias ya imparables como la urbanización, el incremento poblacional, el crecimiento de las economías emergentes y el aumento de la demanda global imponen producir energía de fuentes renovables cada vez más y más rápidamente (una urgencia imprescindible para conjurar los escenarios apocalípticos derivados del calentamiento global que predicen los climatólogos) valiéndose del almacenamiento para distribuirla con la mayor eficacia. Y sobre todo seguir buscando la innovación, precisamente como lo hace una startup, para aprovechar las infinitas oportunidades comerciales brindadas por un sector que en el 2008 solo era un nicho y que en cambio ahora es sólido y está en plena y repentina expansión: las tecnologías eólicas y solar se vuelven cada día más competitivas que las instalaciones térmicas convencionales (basta con pensar que hace seis años una instalación de energía solar costaba 2,6 millones de euros por megavatio, mientras que hoy su coste ha bajado a 0,8 millones) y los consumidores son cada vez más responsables y sensibles al problema del impacto ambiental.

Enel Green Power no solo cuenta con todo lo que hace falta para aprovechar esas oportunidades: más bien, como todos los pioneros, es capaz de anticipar los tiempos y dictar tendencias. Y, efectivamente, ya lo está haciendo; por ejemplo, experimentando con nuevos paneles solares inteligentes, palas eólicas de última generación, sistemas de almacenamiento de alta eficacia, instalaciones futuristas de energía marina y tecnologías de IdC (Internet de las Cosas), con el fin de alcanzar hasta 4 GW de capacidad adicional instalada al año durante los próximos tres años.
Por supuesto, la naturaleza actúa, pero si el hombre va más rápido puede preservar el planeta, y con él, a sus propios hijos.