Un e-bus llamado deseo

Un e-bus llamado deseo

La decimotercera edición de #EnelFocusOn tuvo lugar en Santiago de Chile, donde la experta en temas relacionados con la sostenibilidad, Monica Araya, habló de movilidad eléctrica en el transporte público junto a Simone Tripepi, Responsable de Enel X Sudamérica, y a un grupo de “influencers” internacionales

El gran arquitecto Le Corbusier pasó su vida intentando proyectar la ciudad ideal: en los años 40, las áreas urbanas existentes eran muy diferentes al modelo que él imaginaba, según el cual el bienestar de los habitantes debía ocupar el primer lugar. Parece que también las megalópolis de hoy lo han olvidado. ¿Cómo se podría recuperar el modelo?

Monica Araya, divulgadora internacional que desde hace más de veinte años se ocupa de movilidad eléctrica y energías renovables y que trabaja en su país natal, Costa Rica, así como en Europa y Estados Unidos) propuso que el centro de atención de las ciudades deben ser sus habitantes, no los vehículos. Y que la mejor manera para hacerlo, aunque parezca ilógico, es intervenir en los vehículos, especialmente los autobuses.

Araya, que es también fundadora de Costa Rica Limpia, un grupo estratégico que promueve las energías renovables y la movilidad eléctrica en ese país, fue la ponente principal de la decimotercera edición de #EnelFocusOn, la charla itinerante que organiza nuestro Grupo para hablar del futuro. Esta edición tuvo lugar el 25 de enero en Santiago de Chile, donde participaron 15 “influencers” de 12 países, provenientes de China, Europa, Sudamérica y Norteamérica, y el tema central fue la movilidad eléctrica en el transporte público. Es decir, cómo intervenir en los vehículos para salvar las ciudades.

“Hoy queremos estimular la curiosidad de quien nos mira”, comenzó su ponencia Araya, refiriéndose a los cientos de personas que participaron en el evento en directo desde todas partes del mundo. “Por ello, no hablaré del futuro, sino del presente, para que se comprenda que la movilidad eléctrica no es algo que aún debe llegar, que veremos quizá dentro de cinco, diez o cincuenta años, sino que hoy en día ya es una realidad: la electrificación de los autobuses va mucho más rápida de lo que se había previsto, mucho más rápida que los vehículos privados. Estamos viviendo la verdadera revolución de los transportes”.

 

La revolución de la movilidad eléctrica pública

A las palabras de Monica Araya se sumó Simone Tripepi, Responsable de Enel X Sudamérica, que entregó a la capital chilena 102 autobuses eléctricos nuevos. “La palabra revolución quizá suene fuerte, pero es lo que Enel está persiguiendo desde los años 80 del siglo pasado, cuando desarrollamos el primer coche eléctrico. A día de hoy, nuestro Grupo puede llevar adelante esta revolución gracias a la enorme presencia de infraestructuras en todo el mundo”. Por ejemplo, con el proyecto de instalación de 28.000 puntos de recarga públicos para coches eléctricos en Italia antes del 2022, de 8.500 en España y de 2.300 en Rumania antes del 2023, así como en Sudamérica. “Es también una revolución”, continuó Tripepi, “porque tiene en cuenta los medios de transporte y a las personas que los usan cotidianamente, como es el caso de los autobuses de Santiago, que se entregaron junto con dos terminales con techos de paneles fotovoltaicos que pueden albergar respectivamente 63 y 37 autobuses para la recarga nocturna, además de 50 paradas inteligentes con pantallas que dan informaciones en tiempo real a los pasajeros, wifi gratuito y puertos USB para la recarga del celular: no solamente para ofrecer a los usuarios un servicio público cada vez mejor, sino también para acercar, todos los días, las ventajas de la movilidad eléctrica a millares de personas”.

“Hasta hace unos años, no se podían ni imaginar los números en los que se sitúa hoy en día la movilidad eléctrica pública”, continuó Monica Araya en su ponencia. “La creciente demanda ha provocado que el coste de un bus eléctrico vaya a ser igual al de un diésel, sin subsidios públicos, antes del 2030: la repercusión del precio de la batería en ese momento será el 8% del total, contra el 26% del 2016".

No es casual que el proyecto de Londres sea el de llegar a tener la flota de autobuses de cero emisiones antes del 2037 y que ya se esté equipando para convertir casi 5.000 autobuses diésel viejos en eléctricos. China es el país que ocupa el primer puesto a nivel mundial en número de autobuses eléctricos vendidos, con un aumento increíble en los últimos años: de los pocos centenares de 2011, pasó a superar los 110.000 en 2016, y los 90.000 en 2017. Cada semana se incorporan 9.500 unidades, el equivalente a la entera flota londinense.

“Los beneficios de la movilidad eléctrica para el ambiente son incalculables”, destaca Araya. “El aporte de los e-buses para combatir la contaminación es mucho mayor que el de los coches: por cada 1.000 autobuses eléctricos en servicio, se evitan 500 barriles de gasoil diarios (fuente: Bloomberg New Energy Finance). Podemos esperar que la demanda de movilidad sostenible sea cada vez mayor, pues casi el 90% de los habitantes de las ciudades están expuestos a niveles de contaminación superiores a los límites fijados por la Organización Mundial de la Salud, con consecuencias trágicas para la salud y la calidad de vida en general. La tendencia a la descarbonización ya no se puede detener: se estima que para el 2040, el 55% de los vehículos nuevos serán eléctricos y que los coches eléctricos representarán un tercio de la flota mundial".

 

Chile, a la vanguardia del desarrollo sostenible

Esta transición extraordinaria será guiada, una vez más, por China. Pero Santiago, que será la sede de la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas en 2019, está destacándose sorpresivamente como una de las ciudades líderes en movilidad eléctrica pública. Es más, gracias a la nueva entrega de autobuses facilitados por Enel X al ayuntamiento en diciembre de 2018, Chile se ha convertido en el segundo país a nivel mundial, después de China, en cuanto a flota de autobuses eléctricos. Cada e-bus, que recorre un promedio de 238 kilómetros por día en tres trayectos y transporta casi 1,2 millones de pasajeros por mes, equivale a 33 automóviles de motor térmico que ya no circularán por las calles de la capital chilena”.

“La movilidad eléctrica es ahora y no podemos, ni debemos, esperar más tiempo para difundirla”, recordó durante el cierre de la edición chilena de #EnelFocusOn el Director de Comunicación de Enel, Roberto Deambrogio. “De ello depende nuestro futuro, nuestra salud y la del planeta. La tecnología ya está aquí y seguirá mejorando a una velocidad que no podemos ni imaginar. Lo mismo ocurrió con el fotovoltaico, que disminuyó su coste un 90% en diez años”.

Según Monica Araya, los retos que hay que afrontar son muchos. Varios están ligados a la tecnología, y se puede decir que poder vencerlos es solo cuestión de tiempo. Pero para la divulgadora el reto más difícil es cultural: “Debemos convencer a las personas para que abandonen la natural resistencia al cambio”.

Sabemos que dentro de 15 años, el 65% de la población mundial vivirá en megalópolis, por eso se hace necesario intervenir lo antes posible para que la vida en los centros urbanos sea mejor. Los autobuses eléctricos apuntan a ello. Quizá no sean la panacea que esperaba Le Corbusier para las ciudades, a las que acusaba de “atormentar a sus habitantes con la frenética circulación mecánica, en un enredo caótico de lugares de trabajo y de viviendas”, pero por lo menos el aire volverá a ser respirable.