La energía del sol para observar las estrellas

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"El sol, con todos los planetas que giran a su alrededor y dependen de él, todavía puede hacer madurar un racimo de uvas, como si no tuviera otra cosa para hacer en el Universo".

Lo escribía hace más de cuatro siglos Galileo Galilei. El padre de la ciencia moderna y de la observación astronómica expresada así su fascinación por el inmenso poder de la estrella que gobierna el sistema solar y que con su calor vuelve fértil la tierra.

Galileo probablemente no se imaginaba que la ciencia y la tecnología habrían permitido que el hombre, un día, transformara la generosidad del sol en energía para observar las estrellas.

Es lo que está sucediendo en Chile, en el desierto de Atacama, donde Enel, a través de su filial Enel Green Power Chile, está construyendo de una planta fotovoltaica innovadora para alimentar los instrumentos y poderosos telescopios del Observatorio de La Silla, propiedad de ESO - The European Southern Observatory.

La construcción del parque fotovoltaico de 1,72 MW inició en febrero, cerca de La Higuerra, una localidad a 600 kilómetros al norte de Santiago, en la región de Coquimbo. Una vez completada la planta, situada a unos 1.800 metros sobre el nivel del mar, producirá 4,75 GWh de electricidad y satisferá más del 50 por ciento del consumo anual del observatorio, evitando la emisión de más de 2.000 toneladas de CO2.

El Proyecto de La Silla también permitirá experimentar por primera vez una combinación de nuevas tecnologías para la producción de energía fotovoltaica. La planta, explica en un vídeo Rodrigo Ponce, project manager de EGP Chile, será la primera de energía solar de tamaño industrial que combina módulos fotovoltaicos bifaciales, inteligentes y tradicionales. En La Silla será probado el rendimiento de estos paneles innovadores, que debería ser capaz de aumentar la generación de energía en un 5-10 por ciento respecto a una planta fotovoltaica tradicional del mismo tamaño.

Las imágenes de video cuentan la extraordinaria unión entre los colores áridas del desierto, las instalaciones del observatorio y los módulos fotovoltaicos, que crean un paisaje perdido en el tiempo y en el espacio.

Pero el aspecto más fascinante del proyecto subraya Ivo Saviane, Site Manager de ESO: "En el desierto hay una gran cantidad de luz natural durante todo el año, lo que lo convierte en el mejor sitio para la observación astronómica, así como para la producción de energía solar.

El desierto de Atacama es considerado el paraíso de los astrónomos, ya que la ausencia de contaminación lumínica y de la profundidad de la oscuridad permite la mejor observación posible de la Vía Láctea. Del mismo modo, la potencia de radiación del día hace que estos lugares perfectos para probar nuevas tecnologías para la producción de energía limpia del sol.

De esta manera la continua búsqueda de la innovación nos acerca a la ciencia, a través de la generación solar.