Grid edge, los tres pilares del cambio

Grid edge, los tres pilares del cambio

La electrificación, la descentralización y la digitalización están marcando la transformación del sistema energético. Un documento del WEF explica cómo la sinergia entre ellos, multiplica los beneficios para la industria y para la sociedad.

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Si la evolución de la energía fuera una película, en este momento nos encontraríamos en medio de una gran escena, una de las más emocionantes. La transición hacia las fuentes limpias, la liberalización de los mercados, la descentralización de la generación, la difusión del transporte eléctrico, la transformación de los clientes de simples usuarios a protagonistas conscientes, el acceso a la energía a sectores cada vez mayores de la población mundial, las redes inteligentes para la distribución y las tecnologías digitales que permiten todo esto. No existe ningún aspecto del sistema energético que no esté viviendo un cambio profundo. Y lo más importante es que, como en las películas, todo está sucediendo a gran velocidad.

 

Energía eléctrica: las tendencias que guían a la transformación

En el sector de la electricidad, los tres principales fenómenos que dirigen el cambio son: la descentralización, la digitalización y la electrificación. Los tres forman parte de la “grid edge transformation” es decir, del conjunto de innovaciones, no solamente tecnológicas, que permiten a las redes eléctricas y a las ciudades en general estar cada vez más conectadas y ser cada vez más inteligentes.

El Foro Económico Mundial (WEF) explica cómo y por qué en su informe “Electric Vehicles for Smarter Cities: The Future of Energy and Mobility”. El documento fue realizado por un grupo de personalidades de renombre del mundo de la energía, entre ellos el Consejero Delegado y Director General de Enel Francesco Starace y Jean Pascal Tricoire, Consejero Delegado de Schneider Electric.

El informe dedica a la grid edge transformation un amplio espacio y describe la manera en la que estos tres factores cruciales interactúan entre sí, multiplicando los beneficios que cada uno puede aportar por sí solo.

 

Sinergias y complementariedad

La electrificación, es decir, el paso hacia la alimentación eléctrica, concierne sobre todo a la movilidad. Entre las innovaciones más avanzadas se encuentran las infraestructuras de carga inteligente y la tecnología “Vehicle-to-Grid”, gracias a la que un vehículo puede retroalimentar la red con la energía inutilizada; de esta manera, el coche se transforma en una especie de batería móvil que puede ayudar a estabilizar la red. Pero la electrificación significa también bombas de calor y, por ende, sistemas para la calefacción más eficientes y sostenibles: en general, es un factor crucial para los objetivos medioambientales a largo plazo.

La descentralización facilita la difusión de la electricidad y aumenta las ventajas: las redes eléctricas locales, basadas en plantas de fuentes renovables de pequeño tamaño, los sistemas de almacenamiento (o storage) y las tecnologías para la eficiencia energética, permiten extender el acceso a la electricidad en los países en vías de desarrollo y además, contribuyen al desarrollo de la energía fotovoltaica.

Junto a la descentralización física de las redes, se encuentra la versión virtual de su gestión, que a su vez es favorecida por la electrificación (como es el caso de la tecnología Vehicle-to-Grid). Otro ejemplo es la “demand response”, un acuerdo por el que las grandes industrias reducen sus propios consumos de energía en los momentos de máximo nivel de consumo, recibiendo a cambio una retribución económica de las sociedades eléctricas, lo que demuestra que los clientes están cada vez más involucrados en la conducción de la red.

Por último, la digitalización es el factor que posibilita los beneficios de la electrificación y de la descentralización; tecnologías que van desde los smart meter a los sistemas de automatización y control remoto, desde los sensores a los dispositivos inteligentes, hasta llegar a las plataformas digitales integradas y al Internet de las Cosas: innovaciones que permiten la coordinación y el control automático de las redes, optimizando los consumos según la relación entre la producción y las exigencias de los clientes.

 

El futuro de la electricidad: los números del optimismo

Según el documento del 2017 del WEF, “The Future of Electricity: New Technologies Transforming the Grid Edge”, redactado por los mismos autores, la masificación de estas tecnologías podría suceder más rápidamente que otras innovaciones del pasado, tal vez incluso solo en 15-20 años.

En lo que se refiere especialmente a los medios de transporte, el primer avance real se produjo en el 2015, cuando el número de vehículos eléctricos en circulación superó el millón, y el segundo está previsto para 2020, cuando la disminución del precio de las baterías permitirá la adquisición de un coche eléctrico conveniente desde un punto de vista económico respecto al tradicional. En 2030, la venta de los modelos eléctricos llegará al 25% y los vehículos de esta tipo en circulación rondarán el 5-10%.

Las previsiones para los paneles fotovoltaicos son alentadoras: la potencia máxima mundial instalada aumentará de los 260 GW de 2015 a los 700 GW en 2020. El crecimiento estimado en el mercado del almacenamiento es aún más sorprendente, ya que antes de 2025 aumentará 120 veces más respecto a 2015: de 400 Mwh a 50 Gwh.

 

Las ventajas para la industria y para la sociedad

Según el WEF, las sinergias entre los tres pilares de la innovación podrán aportar al mundo de la industria y de la sociedad en general, beneficios por valor de más de 2 billones de euros a nivel mundial antes de 2025. El mérito se lo llevan la eficiencia energética, los nuevos servicios para los clientes y la optimización de las inversiones.

A estas ventajas económicas hay que añadir también las medioambientales y las sociales, que habían sido tratadas en el documento de 2017: la creación de puestos de trabajo relacionados con el desarrollo de las nuevas tecnologías, un mercado más diversificado para los consumidores y una mayor protección medioambiental tanto a nivel local, en lo que respecta a la contaminación, como a nivel global para el clima. Además, la grid edge transformation puede ser una herramienta útil para el desarrollo social, ampliando sus beneficios a aquellos sectores de la población con escasos ingresos.

 

Una legislación para aprovechar el desarrollo tecnológico

Para aprovechar al máximo estas potencialidades, es necesaria una transformación también en el marco legislativo. El documento sugiere estrategias claras, como por ejemplo introducir tarifas dinámicasenmarcar de manera conveniente los recursos energéticos descentralizados para integrarlos en el mercado, quitar las barreras políticas y geográficas que obstaculicen el desarrollo tecnológico y favorecer la innovación con una regulación orientada a los resultados.

Los sectores industrial y tecnológico están trabajando para ello, pero por sí mismos no podrán garantizar, por ejemplo, un crecimiento decisivo de la movilidad eléctrica en las ciudades del futuro. Será necesaria la contribución de de todos los actores para que la película de la energía pueda tener un final feliz.