#MeetEnel: la sostenibilidad primero

#MeetEnel: la sostenibilidad primero

De la decisión de incrementar aún más la inversión en las energías renovables a la primera emisión de bonos centrados en la Agenda 2030 de la ONU: la estrategia de la sostenibilidad en el centro del primer #MeetEnel. Ponente principal Alberto De Paoli, Director de Administración, Finanzas y Control de nuestro Grupo.

Hace tan solo cinco años habría sido un buen eslogan para una ONG. Y habría sido impensable que se adoptase como eje estratégico de una gran corporación o como mantra de la comunidad financiera. En cambio, cinco años pasan rápido y ha ocurrido precisamente lo que entonces habría parecido ciencia ficción: la sostenibilidad se ha convertido en un valor sólido, duradero y medible en términos muy concretos.

Es este el tema (“the Value of a Sustainable Strategy”) de la primera cita de #MeetEnel, el nuevo formato de encuentros organizado por nuestro Grupo para profundizar, junto a expertos del sector y líderes de opinión, temas estratégicos para Enel. El objetivo es compartir las elecciones estratégicas del Grupo y los resultados que estas han generado, y generarán, para estimular una discusión alrededor de temas ligados a las megatendencias globales que llevarán a una profunda transformación del contexto en el que operamos. La conferencia se celebró el pasado 20 de enero en la sede de LinkedIn en Milán, donde un grupo de “influencers” y líderes de opinión del mundo financiero, académico y de la sostenibilidad se reunió alrededor de un ponente de excepción, el Director de Administración, Finanzas y Control de Enel Alberto De Paoli.

 

Cambiar la empresa: un reto cultural

“Desde el principio creímos que la sostenibilidad es un valor – empezó De Paoli – y es por eso que muy pronto, y de forma muy clara, emprendimos el camino de la lucha contra el cambio climático para contribuir a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS, por su sigla en inglés SDG) de Naciones Unidas. Sin embargo, elegir la sostenibilidad no es un asunto de poca monta ya que implica una reforma total de la manera de actuar de una empresa, de trazar las estrategias para el futuro. Nosotros tomamos esta decisión en 2015 tras observar con atención las megatendencias que, aunque entonces no fueran tan evidentes como hoy, en nuestra opinión ya traían consigo las semillas del cambio que iba a llegar. Así volvimos a diseñar nuestra estrategia esforzándonos por imaginar cómo sería el mundo después de aquel cambio”.

 

Sostenibilidad como valor: los resultados

Este reto dio sus frutos: “Hoy, cuando decimos que la sostenibilidad es valor, lo hacemos con las cifras en la mano: entonces nuestro Grupo tenía una capitalización de mercado de unos 35.000 millones de euros, mientras que cinco años después ya estamos cerca de los 78 y somos la segunda empresa del mundo en el sector de las empresas eléctricas por market cap. Y mientras tanto, el coste de las energías renovables se redujo a poco más que la mitad del coste de las energías procedentes de fuentes fósiles.”

Siempre a propósito de números, o sea de valor medible, en los últimos cinco años las inversiones del Grupo en infraestructuras y redes han llevado no solamente a sentar las bases de un mundo energético totalmente descarbonizado, sino también a una significativa reducción de los costes, un importante incremento de los usuarios finales (que han pasado de 61 millones a los 73 de 2019) y al aumento consiguiente de los beneficios, con el Ebitda por cliente en crecimiento en más de un 13%. Son resultados que hablan por sí solos, tal y como el hecho de que (como se les ilustró a los analistas financieros con ocasión del último Capital Markets Day) se consiguieron todos los objetivos planteados hace cinco años para 2019 y más bien se superaron: por ejemplo, el Ebitda, que alcanzó 17.800 millones de euros frente a los 17.000 millones previstos, o la reducción de los costes, que se estableció en 1.100 millones y que se llevó a 1.500 millones. El plan industrial garantizó una sólida previsibilidad, permitió duplicar el dividendo por acción (que pasó de 16 céntimos de 2015 a 33 céntimos de 2019) y conseguir un “total shareholder return” de más del 130%.

 

La prioridad de la lucha contra el cambio climático

“En la actualidad todos los esfuerzos de nuestro Grupo van dirigidos a la estrategia de sostenibilidad – siguió De Paoli – hasta el punto que somos una de las pocas empresas del mundo en que casi el cien por cien de las inversiones están conformes con los objetivos de la Agenda ONU 2030”. Concretamente, de los 28.700 millones de euros de inversiones previstas para los próximos tres años, unos 14.000 millones se centran en el ODS 7 Energía asequible y no contaminante), unos 12.000 millones en el 9 (Industria, innovación e infraestructura), mil millones aproximadamente en el 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) que contribuyen todos juntos a conseguir el ODS 13 (Acción por el clima).

 

“Opinamos que actualmente el reto más significativo para nosotros es afrontar el problema del cambio climático. Para hacerlo, ya que la demanda global de energía está dirigida a aumentar enormemente, es fundamental electrificar cuanto más sea posible el consumo, modernizar las infraestructuras de distribución transformándolas en plataformas y, sobre todo, descarbonizar por completo la producción de energía”

Alberto De Paoli, Director de Administración, Finanzas y Control de Enel

 

Efectivamente, para los próximos tres años nuestro plan industrial prevé 28.700 millones de inversiones, de los que 14.400 millones de euros dirigidos a la descarbonización, y por lo tanto casi todos en la cartera de las energías no contaminantes, lo que llevará el porcentaje de energías renovables, respecto a la capacidad total instalada del 50% actual a más del 60%. Además, para 2030 nuestro objetivo es llegar a reducir las emisiones de gas carbónico producidas por las actividades del Grupo en un 70% respecto a 2017, en conformidad con los objetivos de los acuerdos de París.

 

Finanzas y UE hacia el desarrollo sostenible

En opinión de De Paoli, otro paso adelante hacia el desarrollo sostenible fue la emisión de los primeros bonos corporativos relacionados con los ODS que tuvo lugar el año pasado: “Una herramienta innovadora que resulta creíble y funciona solo si está basada en la integración completa de la sostenibilidad en todo el modelo de negocio de la empresa, lo que – ya es un hecho – contribuye a bajar el perfil de riesgo de la empresa misma”. Sin las finanzas, opina De Paoli, “no podríamos llevar a cabo nuestros planes” y las finanzas ya han comprendido muy bien que la sostenibilidad no es filantropía sino un excelente negocio. Como puso de manifiesto el éxito de los casi 4.000 millones de euros de bonos ODS emitidos entre septiembre y octubre del año pasado, por los cuales la demanda fue cuatro veces mayor que la oferta y que aseguraron a nuestro Grupo un ahorro de 15 puntos básicos respecto al coste de la deuda de los bonos tradicionales. Hasta el punto que Enel plantea un aumento de los instrumentos financieros relacionados con la sostenibilidad del actual 22% de la deuda total bruta hasta el 43% en 2022, y el 77% en 2030.

Efectivamente, como puso de manifiesto Francesco Pascuzzi, Co-head of Investment Banking Italy de Goldman Sachs, uno de los líderes de opinión presentes en el encuentro, las finanzas observan con mayor interés a las empresas que persiguen la sostenibilidad, hasta el punto que para los próximos diez años ha asignado 750.000 millones de dólares para financiaciones relacionadas con el desarrollo sostenible.

Lo mismo hace la Unión Europea, que acaba de lanzar el fondo de inversión Europa Sostenible. “Un instrumento diseñado para apoyar a las empresas que hayan integrado la sostenibilidad en toda su estrategia empresarial, contribuyendo al objetivo de la descarbonización de la Unión antes de 2050: en resumen, cuanto más fuerte es el compromiso por la sostenibilidad de una empresa más serán consistentes y ágiles las financiaciones a las que podrá acceder”, según explicó Sara Lovisolo, miembro del comité técnico de la UE para las finanzas sostenibles. “Sin embargo – agregó – es importante que las empresas estén preparadas a revolucionar su cultura empresarial, para estar en condiciones de integrar la sostenibilidad con instrumentos innovadores, como por ejemplo los bonos relacionados con los ODS”.

 

Una transición energética equitativa

De cambio cultural también habló Stefano Pogutz, Head of Sustainability de la Università Bocconi, quien afirmó que “la sostenibilidad llegó a ser una ciencia de pleno derecho, y el mundo académico tiene que inventar un nuevo lenguaje para describirla, para saber formar competencias transversales y cambiar la forma de pensar de personas e instituciones. Consideremos las finanzas, por ejemplo: por mucho tiempo estuvieron actuando con una única finalidad, incrementar el valor para las partes interesadas. Hoy, en cambio, ya no pueden prescindir de la descarbonización y la igualdad social”.

A propósito de esta última, De Paoli finalizó destacando su importancia: “La transición energética está al borde de una aceleración exponencial. Todo va a ocurrir muy rápido y tenemos que aprender a estar a la par. Pero al mismo tiempo, tenemos que ser conscientes de la necesidad que la transición sea justa y equitativa: por este motivo invertimos mucho también para asegurar que nuestra evolución no tenga impactos sociales negativos”. El camino emprendido por nuestro Grupo, dijo De Paoli, nos pone del lado correcto: esperando representar un ejemplo que estimule cada vez a más empresas, en cada sector, a hacer lo mismo. Después de todo, “se trata de trabajar por un ideal: si uno está convencido de que su actividad no es solo una manera de sacar provecho, sino que contribuye también a algo más noble y elevado, la lleva a cabo con un espíritu diferente”. Y el provecho llegará por sí solo.