Smart Grid, la energía se vuelve inteligente

Smart Grid, la energía se vuelve inteligente

La digitalización de la red podría llevar a una nueva revolución industrial. De ello se habló en la séptima edición de #EnelFocusOn, en Goiânia, Brasil, con nuestra invitada la tecno-socióloga Zeynep Tufekci

Alguien escribió que las revoluciones son las locomotoras de la historia. De ser así, las revoluciones tecnológicas serían el motor del progreso. Y, como todas las revoluciones, no están exentas de consecuencias. La digitalización y las redes inteligentes (“smart grids” en inglés) representan de pleno derecho una revolución y es precisamente de las consecuencias de esta revolución que se habló en la última reunión de #EnelFocusOn, la serie de charlas que nuestro Grupo organiza en todo el mundo. La séptima edición, que tuvo la participación de un grupo de influenciadores de Italia, España, Rumania, Perú, Colombia y Brasil y fue seguida por streaming por más de 50 mil personas, se celebró el pasado 8 de marzo en Goiânia, capital de Goiás, un estado de Brasil. Y no por casualidad, como afirmó Ryan O’Keeffe, Director de comunicación de Enel en su introducción al debate, ya que esa misma tarde en Goiânia se estrenó la nueva marca de CELG, la empresa eléctrica de Goiás que nuestro Grupo adquirió el año pasado y que desde el 9 de marzo se llama Enel Distribuição Goiás.

Este #EnelFocusOn vio la participación de una invitada de lujo, Zeynep Tufekci, catedrática y tecno-socióloga, profesora asociada de la Universidades de la Carolina del Norte y Harvard y editorialista del New York Times, conocida por sus estudios sobre las repercusiones sociales de las nuevas tecnologías, las redes inteligentes y la digitalización. “Un tema clave”, dijo O’Keeffe, “para el mundo en que vivimos y para el futuro en que viviremos, que ya hoy es mucho más real de lo que imaginamos”.

 

De la tubería a la plataforma

La primera ponencia del #EnelFocusOn fue la de Livio Gallo, Director Divisional Global de Infraestructuras y Redes de Enel, que puso de manifiesto que, en los países en que actúa, nuestro Grupo gestiona una red cuya longitud total equivale a casi 6 veces la distancia entre la Tierra y la Luna. “Empezando por esta red – dijo Gallo – imaginamos modificar totalmente el flujo de relaciones entre nosotros y nuestros clientes, transformándolo según el concepto de “from pipeline to platform”, o sea de un flujo unívoco en que nosotros producimos y distribuimos energía y los clientes son usuarios pasivos, en un flujo biunívoco en que los clientes dejan de ser meros consumidores y se convierten en productores, por ejemplo a través de los paneles fotovoltaicos privados y los coches eléctricos conectados a la red”.

Gallo destacó que los cambios en este sector son muy rápidos y que imponen mantenerse al día: “Nuestra respuesta estratégica es la digitalización de cada componente de las redes. En Italia, por ejemplo, estamos instalando 41 millones de contadores inteligentes, lo que ya empezamos a hacer en el año 2001, algo muy innovador por aquella época, con el resultado de que hoy en Italia tenemos la red inteligente más avanzada del mundo. Sabemos que dentro de 15 años el 65% de la población mundial vivirá en megalópolis y al respecto estamos llevando a cabo unos modelos digitales de las grandes ciudades en que actuamos para llegar a armonizar los procesos de desarrollo de la red con los de las mismas ciudades: esto permitirá que los usuarios intercambien cada vez más informaciones y participen activamente en el mercado, beneficiándose con la relación con otros ecosistemas. Como por ejemplo, el de la movilidad eléctrica, en que el automóvil ya no representa un mero medio de transporte que hay que cargar sino que, un vez que esté conectado, una batería que estabiliza la red e incluso puede convertirse en una fuente de ingreso para su propietario”.

“Seguiremos implementando esta estrategia a través de una inversión masiva, desarrollando nuevas tecnología que aplicaremos progresivamente a la redes, transformándolas en ecosistemas complejos capaces de aumentar la sostenibilidad de una ciudad y reducir el coste de la energía”

Livio Gallo, Director Divisional Global de Infraestructuras y Redes de Enel

 

Una nueva revolución industrial

Por supuesto, la red inteligente nos trae muchas ventajas, confirmó Zeynep Tufekci en los cuarenta minutos que duró su intervención y promete llegar a ser una segunda revolución industrial”. Sin embargo, precisamente como la primera, puede tener repercusiones sociales difíciles de afrontar. Y, como todo lo que está basado en lo digital y la informática, presenta una serie de implicaciones y dilemas éticos similares a los que se derivan de la gran difusión de los smartphones, las redes sociales y la inteligencia artificial. ¿Cuáles son estos dilemas y cómo solucionarlos o, al menos, preverlos, mientras se produce la transición y es imposible detenerla?

“En algunos lugares del mundo, por ejemplo, la red eléctrica sufre fraudes frecuentes, ya que muchas personas necesitadas roban la energía a través de enganches ilegales - añadió Tufekci -. ¿Cómo pasar a las redes en esta situación? ¿Los que roban la electricidad se quedarían definitivamente excluidos de la nueva red? ¿O hay que desarrollar un sistema de ayudas para incluirlos y hacer que participen ellos también en el proceso de transición? Es un asunto de carácter político que sólo los gobiernos o las autoridades locales pueden solucionar”.

Y además: “Una red inteligente produce una cantidad enorme de datos, así que la empresa eléctrica se convierte en una empresa de datos, con todas las problemáticas consiguientes en términos de privacidad. Gracias a la inteligencia artificial, potencialmente todos estos datos pueden revelar informaciones sobre los hábitos de las personas y sus esquemas de comportamiento.”

“El paso siguiente, una vez más, es de carácter sociopolítico: ¿Una red inteligente podría convertirse en una herramienta de control social, una parte del sistema de seguridad, al permitir enterarse de lo que ocurre en las ciudades casa por casa?”

Zeynep Tufekci, socióloga, experta de nuevas tecnologías
 

En opinión de Tufekci, el problema es lo que hay que hacer con esos datos. Son indispensables para gestionar mejor la red y traer cada vez más ventajas a los usuarios, pero también representan una gran responsabilidad. “A quién le corresponde esta responsabilidad y cómo actuar son interrogantes a los que hace falta darles una respuesta rápida, porque la transición ya está en marcha y el futuro está mucho más cerca de lo que creemos. Las redes inteligentes prometen hacer más democrática la energía, tal y como hizo Internet con la información y el conocimiento, pero como para la web tenemos que hacer que la evolución la lleven adelante los actores principales de forma responsables y transparente”.

 

Hacia un cliente “inteligente”

“Además del hecho de que las normativas de los países donde actúa nuestro Grupo nos permiten tratar datos sólo con el consentimiento escrito del cliente - le hizo eco Livio Gallo, - creemos que la realización de la red inteligente ideal, la que pueda reducir los costes de la energía y los servicios e incluso permitir que el consumidor-productor pueda sacar beneficios de ella, puede llevarse a cabo tan sólo si se vuelven “inteligentes” también las leyes, la reglamentación del mercado y los clientes. El desarrollo de todos estos aspectos tiene que proceder al mismo paso. Para nosotros, educar al cliente, hacer que se vuelva “smart” es tan importante como desarrollar nuevas tecnologías, pero no queremos necesariamente ser nosotros los educadores. El cliente “smart” es el que sabe utilizar la energía de forma inteligente, quizá gracias a informaciones en tiempo real sobre su consumo que le indiquen qué aparatos apagar cuando no los necesita”.

Precisamente el tipo de informacion que un día muy pronto la red inteligente podrá facilitarnos. El futuro avanza y más vale afrontarlo, pues mejor ir preparándose. Nelson Mandela, que de cambios entendía, escribió que cuando el agua hierve, es inútil apagar el fuego.