Cambio climático: ¿qué va a ocurrir después de Katowice?

Cambio climático: ¿qué va a ocurrir después de Katowice?

La conferencia de la ONU sobre el cambio climático, la COP24, finalizó con la aprobación del “Paris Rulebook”, el reglamento del Acuerdo de París. También Enel participó en los trabajos

{{item.title}}

El optimista ve el vaso medio lleno y el pesimista medio vacío, pero el científico sabe que el vaso está completamente lleno: una mitad de agua y la otra de aire. El 15 de diciembre se clausuró la COP24, la conferencia de la ONU sobre el cambio climático que se celebró en Katowice (Polonia): el optimista valora los resultados conseguidos, mientras que el pesimista piensa que se habría podido hacer más. Sin embargo, para comprender lo que ocurrió es conveniente ampliar nuestra mirada.

Eso es lo que hace Mariano Morazzo, Responsable de las políticas sobre el cambio climático y las energías renovables de Enel, que formó parte de la delegación de nuestro Grupo en la conferencia. Morazzo opina que el evento de Katowice tiene que enmarcarse en un contexto más amplio: los éxitos y fracasos de una etapa no se pueden evaluar sin tener en cuenta el recorrido general del proyecto.

 

De Río a Katowice

En 1992, con la Convención Marco sobre el Cambio Climático, inspirada en la Cumbre sobre el Cambio Climático de Río de Janeiro y posteriormente firmada en Nueva York en el transcurso del año, el mundo se da cuenta de lo que afirma la ciencia, es decir, que la temperatura media global está aumentando debido a las actividades humanas: hay que intervenir para limitar la concentración atmosférica de los gases de efecto invernadero (principalmente el anhídrido carbónico).

Por eso, desde 1995, la ONU organiza todos los años una Conferencia de Partes (COP), cuyos resultados más importantes son el Protocolo de Kioto de 1997 (COP3) y el Acuerdo de París de 2015 (COP21), con el que los 184 Estados que lo ratificaron se comprometen a adoptar diferentes medidas para mantener el calentamiento global muy por debajo de los 2 grados respecto a los niveles preindustriales y, si es posible, a limitarlo a 1,5 grados. Para conseguir este objetivo, cada país tiene que establecer su proprio calendario, a través de las llamadas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés).

En 2018, el informe especial del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), el principal organismo internacional para la evaluación del cambio climático, concluye que se puede alcanzar el objetivo de los 1,5 grados, pero solo a través de un fuerte compromiso: antes de 2030 hace falta reducir las emisiones en un 45% respecto a los valores de 2010, además de llegar al balance de cero emisiones antes de 2050.

Para la COP24 de Katowice, el objetivo era llevar a la práctica el Acuerdo de París a través de reglas claras para evaluar los compromisos que cada país asumió en su momento. Y la conferencia lo consiguió aprobando por unanimidad (como lo requiere la norma) el llamado “Reglamento de París”, que define precisamente los criterios de comunicación, control y revisión de los compromisos. De acuerdo con Morazzo, “es un paso adelante pequeño pero importante, porque no es fácil que todos los países se pongan de acuerdo sobre un mismo documento y, cuando eso ocurre, siempre es una buena señal”.

“Todas las naciones demostraron su compromiso y pueden dejar Katowice con un sentimiento de orgullo, conscientes de que sus esfuerzos fueron recompensados”

Michal Kurtyka, presidente de la COP24

En opinión de Morazzo, “si en lo que respecta a la transparencia el balance de la conferencia es positivo, no se puede decir lo mismo de dos apartados básicos: fijar objetivos ambiciosos y definir las medidas económicas para alcanzarlos. En este sentido, la COP24 no dio buenos resultados, básicamente por las discrepancias entre los países”.

 

El papel del sector privado

A pesar de ello, se ha llevado a cabo un gran trabajo en los otros eventos celebrados en Katowice, en algunos de los cuales participó activamente Enel. Básicamente, la presentación del informe “Ambition Loop”, del que nuestro Grupo comparte sus premisas y conclusiones: los objetivos para el clima pueden ser más ambiciosos —precisamente, uno de los puntos críticos de la COP24— con una buena colaboración entre los gobiernos y el sector privado. Las empresas piden reglas seguras en lo que se refiere al clima y, si los gobiernos atendiesen esta petición, no solo se comprometerían a respetarlas, sino que podrían plantearse objetivos cada vez más ambiciosos: un círculo virtuoso que se puede definir como un “círculo ambicioso”.

El otro punto conflictivo de la conferencia, el aspecto financiero, también se situó en el centro de un evento protagonizado por Enel: en Katowice se presentó un estudio realizado por Enel Foundation en colaboración con el Harvard Environmental Economics Program, sobre el Artículo 6 del Acuerdo de París, precisamente el que trata del mercado de las emisiones y los otros mecanismos financieros.

Además, brindamos nuestra contribución a dos eventos más: uno sobre la transición energética en Perú y otro análogo basado en Brasil. En ambos casos la experiencia de Enel puso de manifiesto el papel propulsor que puede desempeñar un Grupo importante implicado en la lucha por la sostenibilidad.

En opinión de Morazzo, el papel del sector privado confirma un fenómeno sumamente importante: no solo que el compromiso de los gobiernos no es suficiente para luchar contra el cambio climático, sino que las vacilaciones de las conferencias sobre el clima no suponen el fracaso del actual proceso de descarbonización. Por ejemplo, China y Estados Unidos, los dos mayores productores de gases de efecto invernadero del mundo, están invirtiendo en energías limpias para contrarrestar la contaminación, que ahoga sobre todo las metrópolis de China, y por razones de conveniencia económica: gracias a la innovación tecnológica, los costes de las fuentes renovables (y de las baterías, indispensables para su aprovechamiento completo) bajaron, por lo que son cada vez más competitivas.

Así pues, antes de juzgar hay que ampliar la mirada y situar a la COP24 no solo en el contexto histórico de las iniciativas contra el cambio climático sino también en el actual escenario social, económico y tecnológico: analizar el panorama en su conjunto nos ayuda a seguir teniendo confianza.