La central que vivió dos veces

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¿Qué tienen en común algunos de los lugares de arte más visitados en el mundo, como la Tate Modern de Londres, la Central Tejo de Lisboa o CaixaForum de Madrid? Son plantas de energía que, una vez que cesó su producción, han cambiado de trabajo. Donde una vez hubo turbinas y alternadores hoy se admiran esculturas expresionistas y esculturas de la época helenística. En los últimos años, el sector europeo de la energía ha cambiado drásticamente, debido al estancamiento del consumo, el crecimiento cada vez más competitivo de las energías renovables y la urgencia de un desarrollo bajo en carbono para combatir el cambio climático.

Enel tomó nota de esto lanzando Futur-e, el programa de recalificación, junto con las comunidades locales, de 23 centrales termoeléctricas (con una capacidad instalada de 13 GW) que han agotado su función. No un fin, por lo tanto, sino un renacimiento para estos sitios industriales obsoletos, que podrán transformarse en centros comerciales o en áreas de alta tecnología, cultura o ciencia.

La agencia internacional de noticias Bloomberg News citó a Enel como la primera empresa en el mundo que ha desarrollado un plan para toda una flota de plantas. Entrevistado sobre Futur-e por Bloomberg, el director de Generación Térmica Global Enel Enrico Viale explicó que "donde se puede seguir produciendo energía en otras formas, estamos listos para iniciar la conversión. Si el nuevo destino no debe ser la generación que entonces no entra dentro de nuestro campo". Entre los posibles caminos para algunos de los sitios, Viale ipotiza, " la logística. Todos los sistemas están conectados a la red eléctrica y la red de datos y tienen salidas a cursos de agua. Algunos están ubicados junto al mar y tienen muelles".

Futur-e se erige como precursor de un camino que abarca diferentes partes del mundo. De acuerdo con el Sierra Club Beyond Coal Campaign, 236 centrales térmicas en los Estados Unidos ya tiene una fecha de finalización de las operaciones. El Reino Unido se ha comprometido a cerrar todas las centrales eléctricas de carbón en 2025, mientras que China ya se ha comprometido a "apagar" las centrales eléctricas contaminantes que se encuentran en las zonas urbanas.

El cierre de estas plantas - un valor total estimado en más de $ 5 mil millones - son un elemento fundamental para el logro de los objetivos de reducción de emisiones establecidos por la COP21 en París (la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) y una oportunidad de desarrollo para los territorios que hospedan las plantas. "Crecimos juntos, y hemos construido una relación duradera con la comunidad", concluye Viale. "Así que tenemos el deber de devolver el sitio como era antes de la construcción de la planta, o ofrecer una nueva perspectiva para el futuro".