Energía para todos: así es cómo se consigue

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Los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU (ODS) son 17 y todos son importantes, pero muchos dependen del número 7: asegurar a todos el acceso a energía limpia y accesible, permite crear las mejores condiciones para un desarrollo económico y social difundido y sostenible.

No es casualidad que el Foro Energético de Viena de 2018 (14-16 de mayo) se haya centrado precisamente en el ODS 7, comparando los gobiernos, organizaciones internacionales, empresas y expertos. Un modelo con la participación de las múltiples partes interesadas que ya tuvo éxito en las cinco ediciones anteriores.

También este año, nuestro Grupo fue uno de los protagonistas del foro organizado por UNIDO (United Nations Industrial Development Organization), International Institute for Applied Systems Analysis y el gobierno de Austria.

El panel de apertura, dedicado al tema de la transformación del sistema energético, comenzó con el discurso de apertura de Jeremy Rifkin, economista reconocido a nivel internacional, autor del éxito de ventas "La sociedad de coste marginal cero" y Presidente de la Foundation on Economic Trends. Rifkin, se encargó de describir el panorama de la cuarta revolución industrial, donde la convergencia entre digitalización de las redes y desarrollo de las fuentes renovables tendrá el efecto de “democratizar la energía”, porque además, recursos ilimitados como las energías solar y eólica tienen un coste marginal igual a cero. De las infraestructuras integradas verticalmente y centralizadas se pasará a un sistema horizontal, distribuido y más resiliente, en el que el consumidor también es productor y, a través de sistemas de almacenamiento avanzados e inteligentes, intercambiará energía con la red. “Power to people” resumió Rifkin, en cuya opinión las empresas energéticas tendrán que cambiar su modelo de negocio: en lugar de producir energía venderán servicios para favorecer el acceso a la red.

Se trata de un proceso que ya está en marcha, que no se detendrá y que está destinado a cumplirse en los próximos veinte años. La convergencia entre energías renovables y digitalización ya está cambiando el mix energético en muchos países. “Es sumamente importante que la legislación siga a la evolución tecnológica”, explicó Lamberto Dai Pra’, Head of Sub-Saharan Africa, Asia and Australia de Enel Green Power, citando los casos de Marruecos, Egipto y Sudáfrica. “La revolución verde ya ha cumplido diez años y todavía tiene mucho para dar. El almacenamiento existe desde hace mucho tiempo, aunque es ahora cuando los costes han alcanzado un nivel suficientemente bajo como para poder utilizarlo en aplicaciones industriales que están cambiando las bases del mercado eléctrico. Pero la auténtica revolución a la vista es la digital, que tiene que acompañarse de una reglamentación adecuada”, añadió Dai Pra’, en cuya opinión no es posible prever con seguridad qué caminos tomará la evolución tecnológica. Basta  pensar en las investigaciones sobre la energía generada por las olas de los océanos, que también Enel Green Power está llevando adelante.

El reto de repetir las mejores prácticas a nivel internacional apareció también en otras intervenciones. “Ya sabemos muy bien que hoy en día más de mil millones de personas no tienen acceso a la energía: - dijo Rachel Kyte, CEO y Special Representative of the United Nations Secretary-General for SEforAll – lo importante es centrarse en las acciones concretas que, en los próximos cinco años, se podrán llevar a cabo en países como Bangladesh, Togo y Uganda. Y no solo eso, también es necesario pasar los subsidios dedicados a la energía fósil, a la energía limpia”.

El tema del acceso a la energía limpia a bajo coste no concierne solamente a los países en vía de desarrollo. Como explicó Megan Richards, Directora de Política Energética de la Comisión Europea, entre los objetivos de la Unión de la Energía también está el de liberar a los países de la dependencia de una única fuente de energía, además de la descarbonización y, sobre todo, la eficiencia energética. Un elemento crucial, este último, y frecuentemente subestimado en el que hizo hincapié Scott Foster, Director de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa. “Cuando era niño, mi padre, que vivía en Alabama no tenía acceso ni al agua ni a la energía. Por eso conozco bien los progresos que se hicieron, pero debemos tener cuidado para no convertirnos en prisioneros de la tecnología como los hombres que abandonaron la Tierra en la película Wall-E. Mejor apostar por la eficiencia energética de los edificios, por ejemplo, que tendrán que ser cada vez más inteligentes”.  

Como explicó Robert Denda, Head of Network Technology and Innovation de Enel Global Infrastructure and Networks, invitado en otro panel del Foro Energético de Viena, “la digitalización de la red es el factor principal que permite alcanzar el ODS 7. La reducción de las pérdidas y la mejora de la eficiencia en la transmisión y la distribución, cubrirán parte del aumento previsto de la demanda de energía”. Basta pensar que “en 2014 las pérdidas globales de transmisión y distribución ascendieron a 1.970 TWh, equivalentes al 8,2% de la generación mundial de ese año”.

Enel está empujando mucho en dirección a la innovación y la eficiencia energética, precisamente en la dirección indicada por la agenda 2030 de la ONU. En el Foro Energético de Viena del año pasado, el mismo Denda había comunicado la colaboración con UNIDO sobre el SEforALL Electrification Accelerator. Un proyecto dirigido a acelerar la electrificación de los territorios, contribuyendo tanto a la lucha contra el cambio climático como al logro del ODS 7: el acceso universal a la energía.