Para Enel, la economía circular es una palanca estratégica para apoyar la estrategia de descarbonización y el camino hacia una transición justa e inclusiva, con el objetivo de aplicarla progresivamente a todo el modelo de negocio para hacerlo cada vez más sostenible, resiliente y competitivo.

La consecución de unos objetivos de descarbonización cada vez más ambiciosos requiere, de hecho, una profunda transformación del sistema energético y, al mismo tiempo, conlleva una creciente necesidad de materias primas con requisitos en parte diferentes a los del sistema energético actual.

En nuestro proceso de transición energética, hemos adoptado desde el principio un enfoque integrado que incluye, por un lado, el desarrollo de la producción de energía a partir de fuentes renovables, y el consiguiente abandono de los combustibles fósiles, y por otro, la adopción de un enfoque circular en la gestión de los activos para la producción y distribución de electricidad, tanto los que se encuentran al final de su vida útil como los que están en funcionamiento, emprendiendo así un camino para reducir las emisiones asociadas tanto a la producción de energía a partir de combustibles fósiles como al uso de materiales no renovables.