Un planeta cada vez más verde

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El año que acaba de terminar ha enviado un mensaje claro a la industria, directamente de París, donde se celebró la 21ª. Conferencia sobre el Cambio Climático (COP21) promovida por las Naciones Unidas: para contener el calentamiento global dentro de los dos grados se debe reducir drásticamente el nivel de las emisiones de gases de efecto invernadero. El sector energético está llamado a desempeñar un papel clave en este proceso, intensificando la producción de energía a partir de fuentes verdes.

Los datos aportados por el informe sobre la economía mundial verde de Bloomberg New Energy Finance confirman que el camino tomado es correcto. De hecho, en 2015 se registraron dos récores: la inversión en energías renovables ha alcanzado los 329 mil millones de dólares (un 4 por ciento más que en 2014), mientras que la capacidad instalada de energía eólica llegó a 64 GW y la de energía solar fotovoltaica a 57 GW. Números sin precedentes, cuyo valor aumenta aún más porque se lograron a pesar de la caída de los precios del petróleo y la desaceleración de algunas economías emergentes.
Una verdadera revolución energética destinada a consolidar en un futuro ya cercano. Fuentes como el eólico y el solar son, de hecho, la solución perfecta para la creciente sed de energía en los países en desarrollo, debido a que pueden ser instaladas mucho más rápidamente que una planta de energía térmica y sus costos son cada vez más competitivos. No debe extrañar entonces que  el Lejano Oriente y América del Sur conduzcan las inversiones.

En Europa, después de un período de fuerte expansión, el mercado de las energías renovables se está consolidando, también debido a la sobrecapacidad y la presencia de redes eléctricas fuertes que ya logran hacer frente a las demandas. De todas maneras hay áreas en rápida expansión, empezando por Dinamarca, donde la energía eólica ha aportado el 42 por ciento de la producción de energía en el país en 2015. "El récor de Dinamarca es una ventana hacia el futuro que Europa puede alcanzar", explica Oliver Joy, portavoz de la Asociación Europea de Energía Eólica. "Pero el danés no es el único ejemplo positivo. En 2014 El Hierro, en las Islas Canarias, ha alcanzado el 100 por ciento de la producción de energía a partir de viento e hidroeléctrico, mientras que en Escocia el 97 por ciento de la electricidad doméstica el año pasado vino del viento".

A la realización del récor de El Hierro, la primera isla del mundo que ha logrado la autosuficiencia energética gracias únicamente a las energías renovables, ha contribuido también Enel a través de Endesa. La filial española del Grupo posee el 30 por ciento de Gorona del Viento SA (con una participación de 60 por ciento de la municipalidad de la isla y del restante 10 por ciento del Gobierno de Canarias), la empresa que diseñó el sistema eléctrico de la isla. La producción de energía es de origen hidro-eólica, lo que permite de ahorrar anualmente 40.000 barriles de petróleo y evitar la emisión de 18.700 toneladas de CO2.

La energía eólica, en particular, "es una industria madura, que suministra a Europa más del 10 por ciento de su energía y 262.000 empleos", explicó Joy. "En 2030 podríamos llegar a 25 por ciento. Los consumidores ahorrarían hasta 400 millones de euros por año de las importaciones de gas, carbón y petróleo ".

El Grupo Enel, que durante años ha emprendido firmemente la senda de la producción de energía con cero emisiones, el año pasado ha aumentado (neto de las instalaciones cedidas en Portugal) su capacidad de energía eólica instalada de aproximadamente 900 MW, alcanzando en total casi 6.600 MW en esta tecnología. Entre finales de 2015 y principios de 2016 pusimos en funcionamiento una parte del parque eólico de Brasil Dois Riachos (118 MW), dos parques eólicos en Estados Unidos - Goodwell (200 MW) y Little Elk (74 MW) - y comenzamos la construcción de nuevas plantas en Chile (Sierra Gorda, que tendrá una capacidad instalada de 112 MW), en los Estados Unidos (Drift Sand, 108 MW) y en Brasil (Delfina, 180 MW). La revolución verde ha comenzado, y el objetivo de un sistema de energía alimentado al 100 por cien por energía renovable ya no parece una utopía.