La Economía Circular, impulso estratégico para la competitividad

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La Economía Circular es el impulso estratégico para lograr que el modelo de negocio de una empresa sea cada vez más sostenible y, desde 2015, Enel desarrolla proyectos concretos, a lo largo de toda su cadena de valor, destinados a valorizar su enorme potencial. Muchas de las decisiones tomadas cuando emprendimos este camino hacia la circularidad no solo nos guiaron en este recorrido, sino que también se han convertido en temas que representan una convergencia a nivel mundial. Uno de ellos, es la integración entre Economía Circular y Descarbonización, dos argumentos que, por razones históricas y de conformación, se han desarrollado en forma separada pero que en nuestra empresa siempre han sido considerados estrictamente interconectados.

La experiencia adquirida en todos estos años, la hemos sintetizado en un enfoque integrado de la circularidad a lo largo de toda la cadena de valor y que hemos contado en el documento “Viaje por la Economía Circular del Grupo Enel”.

Considerar a la Economía Circular como algo transversal en todos los sectores en los que operamos –y en toda la cadena de valor– ha representado un modo radical de replantear nuestro negocio. De hecho, es justamente a partir del diseño de un producto que los modelos circulares de negocio reemplazan a los modelos lineales, siguiendo cinco pilares fundamentales: I) Materiales sostenibles (de fuentes renovables, reutilización y reciclaje); II) Extensión de la vida útil (mediante el diseño modular, mantenimiento predictivo, etc.); III) Producto como servicio (es decir, brindar al cliente un servicio en lugar de un producto); IV) Sharing (uso compartido) y V) Valorar el fin de vida (recuperar el valor mediante ‘upcycling’, reutilización y reciclaje).

Un modo real de replantear las actividades en clave circular no debe concentrarse exclusivamente en la reutilización y el reciclaje, aunque estas sean importantes. Por eso, creemos que es necesaria una visión integrada basada en la innovación y en el diseño, que brinde soluciones sostenibles, que sean medibles y económicamente competitivas incluso a través de sinergias con diferentes sectores industriales.

Por esta razón, desde el inicio de su recorrido hacia la circularidad, nuestro Grupo se enfoca, principalmente, en la medición de la circularidad, desarrollando diferentes modelos a lo largo del tiempo. Este proceso ha permitido la realización de esquemas de certificación reconocidos en el mercado, como la reciente Certificación Circular de Enel X, certificada por Accredia.

Además, la Economía Circular representa un impulso estratégico para la competitividad económica. Justamente su nombre, Economía Circular, demuestra que la transición debe realizarse a partir de un modelo que genere valor. Hoy, todo esto es posible.

 

Valorar recursos anteriormente descuidados

La valoración de los recursos a lo largo de todo el ciclo implica beneficios económicos relevantes para la empresa que la realiza. El diseño, la planificación y la colaboración con los proveedores, junto con la reutilización y el reciclaje, permiten reducir la dependencia de las materias primas importadas, un tema relevante hoy en día. En efecto, la transición de Enel hacia un nuevo paradigma energético, implica la adquisición de tecnologías que tienen una composición de materias primas diferente a las anteriores y que, para lograr una transición totalmente sostenible, deben analizarse en su totalidad, contemplando componentes medioambientales, sociales, commodities y las valoraciones geopolíticas necesarias.

Por tanto, la adopción de políticas circulares permite recuperar las materias primas al final de su vida útil, reducir los volúmenes de residuos a gestionar y promover el desarrollo de cadenas de valor locales. Además, los modelos basados en el concepto de “producto como servicio” permiten ofrecer servicios más competitivos reduciendo el consumo de recursos.

La Economía Circular puede tener un impacto relevante también para la transición urbana y, no es casual, que se hable cada vez más de las “Ciudades Circulares”.

Las grandes áreas urbanas son el terreno donde, además de los retos medioambientales, sociales, económicos y de calidad de vida local, se juega una parte importante de la descarbonización y donde, en consecuencia, los principios de la Economía Circular pueden tener un mayor impacto. La transición urbana puede guiarse a través de planes y estrategias de Economía Circular que abarquen todos los sectores de la vida urbana y que apunten a un desarrollo sostenible y a una mejora de la calidad de vida de sus habitantes. Enel ha contribuido a desarrollar este tema tanto en términos de visión y definición como de soluciones de negocio. Desde 2018, nuestro Grupo publica anualmente un documento global sobre el argumento, tratando de fomentar el debate y profundizar los conocimientos, involucrando a stakeholders y empresas de otros sectores.

En general, la circularidad ha permitido –y permitirá con más fuerza en un futuro– la apertura de nuevos modelos de negocio.

Pensemos en la extensión de la vida útil de los bienes, es decir, a las soluciones que permiten extender el funcionamiento de un bien sin modificar su rendimiento ni su modo de uso. Forman parte de este sector algunos proyectos ya implementados por el Grupo, como la additive manufacturing, o sea, la impresión en 3D para reparar los componentes dañados de las centrales geotérmicas italianas. O el proyecto que presentó Enel X para extender la vida útil de las baterías y aumentar su confiabilidad mediante herramientas predictivas basadas en inteligencia artificial. Dentro de este proyecto, la Comisión Europea financió una parte de las obras de construcción del Storage X-Lab de Catania y de los equipos del laboratorio.

En el sector de la reutilización, hemos desarrollado el proyecto New Life, activo en Italia, España, Chile y Argentina, cuya finalidad es dar una nueva vida a los componentes presentes en los depósitos y equipos de las centrales de carbón fuera de servicio. Además, hemos activado varias iniciativas de reutilización de equipos informáticos en desuso, vendiéndolos a nuestros empleados o a terceros. Gracias a este proyecto, en 2021, vendimos en Italia y en España casi 14 600 dispositivos (ordenadores, portátiles, smartphones) a nuestros empleados y unos 10 000 a terceros, extendiendo su vida útil y generando impactos medioambientales y sociales positivos.

El camino hacia la circularidad implica, necesariamente, una apertura a nuevas modalidades de colaboración. Por ejemplo, es muy importante la colaboración con stakeholders y el desarrollo e intercambio de conocimientos y experiencias a través de una red lo más amplia posible. Por eso, Enel forma parte de una serie de redes de aliados, nacionales e internacionales, con las que colaboramos activamente.

Por último, cuando hablamos de Economía Circular, debemos dirigir nuestra mirada hacia el futuro, al camino que aún nos queda por recorrer y que transita por sectores que todavía no han sido explorados. El objetivo final de una transición hacia la circularidad es, idealmente, desvincular todas sus actividades del consumo de recursos, hasta llegar al uso exclusivo de recursos renovables o reciclados. Nuestra empresa ya está adoptando un enfoque circular en todos los sectores de su actividad. Ahora, el reto es avanzar cada vez más en la implementación de nuevos modelos de negocio y nuevos proyectos circulares, aprovechando también sectores habilitadores como las finanzas sostenibles y la digitalización.

Estos son algunos ejemplos de una gran transformación que no solo se refiere al desarrollo de tecnologías, sino también a una nueva manera de hacer negocios y de crear valor, para todos.