La red eléctrica en la era de la generación distribuida

A word from Antonio Cammisecra

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Existe un impulso de cambio hacia la transición energética que involucra a todos: el crecimiento de la generación de energía distribuida y la electrificación del consumo. Pero para que esto sea posible se necesita una red cada vez más fiable, digitalizada y sostenible.

La transición energética es uno de los mayores retos de nuestro tiempo, y sería imposible superarlo sin la contribución de todos:

  • la de las Naciones Unidas, de la Unión Europea y de los gobiernos, que desempeñan un papel clave en la definición de medidas para acelerar el desarrollo de las energías renovables y la electrificación;
  • la de las empresas, cuya tarea es transformar esas medidas en planes de negocio y que en algunos casos –como el Grupo Enel– se fijan objetivos de sostenibilidad incluso más ambiciosos que los impuestos por la política;
  • y luego está la contribución cada vez más importante de cada uno de los ciudadanos. 

 

El crecimiento de la producción distribuida: el papel de los prosumidores

Es evidente el gran impulso de cambio procedente de millones de personas que se están convirtiendo cada vez más en protagonistas de su propio futuro energético, haciendo la transición a un mundo electrificado en sus hogares, empresas y comunidades.

Son los prosumidores, neologismo nacido de la fusión de productores y consumidores: al mismo tiempo, productores y consumidores de energía, dos papeles tradicionalmente separados pero que en el nuevo escenario de electrificación ya no se excluyen mutuamente.

Pero, ¿quiénes son los prosumidores? Son ciudadanos y empresas que deciden instalar un sistema fotovoltaico o minieólico para producir electricidad para sus propias necesidades, vertiendo la energía sobrante a la red de distribución para que esté disponible para otros usuarios. Y pueden agruparse en comunidades energéticas, formadas por asociaciones de hogares, empresas y administraciones públicas que contribuyen conjuntamente a la instalación y uso de sistemas renovables, compartiendo la energía producida a través de la red de distribución.

En 2022, con Enel Grids conectamos un número récord de prosumidores y productores a nuestras redes, con una capacidad total de generación de 5,6 GW, en su mayor parte procedentes de plantas fotovoltaicas. En total, esto elevó la capacidad renovable a pequeña y mediana escala conectada a nuestras redes a 65,7 GW, y el número de prosumidores a 1,4 millones. De ellos, 1,2 millones están en Italia, con una capacidad total de más de 34 GW. Esperamos cifras aún mayores en 2023, a la luz de un crecimiento constante de la demanda.

 

Redes digitales, flexibles y resilientes

Pero nada de esto sería posible sin una profunda transformación digital de las redes de distribución, la verdadera tecnología facilitadora: las pequeñas y medianas centrales de generación se conectan directamente a la infraestructura de media y baja tensión. De hecho, la generación distribuida de electricidad exige superar el modelo de red centralizada al que hemos estado acostumbrados hasta ahora, según el cual la energía parte de las centrales eléctricas, pasa por las redes de transporte de alta tensión y finalmente llega a las redes de distribución que la llevan a los hogares. En la era del prosumidor, la energía entra directamente en la red de distribución, puede viajar en ambos sentidos (hacia las redes de transporte o hacia los consumidores), con grandes variaciones (de una estación a otra, de un día a otro, de una hora a otra) en la oferta y la demanda.

Si hoy la cuota de energía alimentada directamente en las redes de distribución es del 27 % en Europa, según los analistas de BloombergNEF este porcentaje alcanzará el 50 % en 2034. Una revolución que el Grupo está abrazando con éxito y liderando gracias también a Grid Futurability®, el enfoque industrial global a través del cual Enel Grids anticipa y satisface las necesidades de los stakeholders de la red a través de la transformación de las infraestructuras tradicionales en plataformas cada vez más resislientes, sostenibles e interactivas. Desde contadores inteligentes hasta dispositivos capaces de llevar la inteligencia al extremo.

Es la digitalización la que permite a la red gestionar flujos bidireccionales, adaptándose en tiempo real tanto a la producción de energía renovable como a las fluctuaciones de la demanda, para garantizar el equilibrio energético en todo momento. Esta capacidad de gestión avanzada, también permite el desarrollo de nuevos modelos de negocio para los prosumidores individuales, creando incentivos adicionales para instalar energías renovables o sistemas de almacenamiento.

 

Sostenibilidad en todos los niveles

Mientras seguimos invirtiendo e innovando para hacer crecer las redes del futuro, no podemos olvidar que el objetivo último es la electrificación limpia, la forma de reducir las emisiones y combatir el cambio climático. Por ello, las propias redes deben diseñarse y explotarse teniendo en cuenta la sostenibilidad, para hacer posible un futuro sin emisiones.

Por eso aplicamos la lógica de la economía circular a nuestras redes, alargando al máximo el ciclo de vida de los componentes, reinsertándolos en la cadena de valor cuando es posible y reciclando las materias primas. Y trabajamos constantemente para extender el acceso a las redes del futuro incluso en las zonas urbanas y suburbanas actualmente excluidas, para que las oportunidades que ofrece la transición energética no dejen a nadie atrás.