Desde la energía hasta la logística: la nueva vida de la ex central de Carpi

Desde la energía hasta la logística: la nueva vida de la ex central de Carpi

Dentro del programa Futur-e, la ex central de Fossoli en el norte de Italia, se convertirá pronto en un polo logístico de Enel. Gracias a una “obra sostenible”, ejemplo perfecto de economía circular

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En la memoria europea, el nombre Fossoli está vinculado a una página trágica de la Segunda Guerra Mundial. Desde este lugar, partieron miles de personas hacia los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau, Mauthausen, Dachau, Buchenwald y Ravensbrück. Desde Fossoli también partió Primo Levi, autor de Si esto es un hombre.

Fossoli se encuentra a pocas decenas de kilómetros del río Po, en la zona de Bassa Emiliana al norte de Carpi, en la provincia de Módena. Es uno de los distritos textiles más productivos de Italia, desde la tejeduría a la confección: miles de industrias, 7 mil empleados, una facturación de 1.500 millones de euros. Aquí se encontraba la ex central de turbinas de gas de Enel, que funcionó desde 1980 hasta su cierre en 2013. Una planta que ha sido totalmente desmantelada y que, en menos de un año, renacerá como polo logístico innovador de nuestro Grupo para el norte de Italia, gracias a uno de los proyectos de reconversión más avanzados del ambicioso programa llamado Futur-e.

 

Un caso de economía circular ejemplar

Futur-e nace como un proyecto de economía circular para dar una nueva vida a 23 centrales termoeléctricas italianas que han finalizado sus funciones en el ámbito energético o que estén a punto de hacerlo. Estas instalaciones, desde Trino Vercellese hasta Augusta, desde Piamonte hasta Sicilia, que apoyaron el crecimiento industrial de nuestro país y que hoy, gracias a la colaboración con los territorios, pueden contar nuevas historias de desarrollo y de innovación sostenible. No es el final sino el renacimiento para una serie de sitios industriales que podrán transformarse en centros comerciales o en áreas dedicadas a la alta tecnología, a la cultura, a la ciencia o al turismo, siguiendo los pasos de la Tate Modern Gallery de Londres o del CaixaForum de Madrid.  

La historia de Fossoli representa un caso de economía circular ejemplar. El uso de demoliciones selectivas ha permitido recuperar casi 3.500 toneladas de materiales metálicos y la inmediata reutilización en el lugar de 3.100 metros cúbicos de hormigón triturado. Una verdadera “obra sostenible”. De esta forma, se pudo minimizar cualquier posible desperdicio, transformando los materiales que provenían de las demoliciones, en nuevos recursos.

 

La obra sostenible

“Hemos recuperado toneladas de acero provenientes de la demolición de las turbinas de gas, de las cisternas y de otras estructuras – cuenta Cristiano Mariniello, Project Manager de Engineering and Construction para Enel Global Thermal Generation. Estos materiales fueron demolidos, recuperados como chatarra y llevados a la fundición. También hemos recuperado 42 toneladas de cobre de cables eléctricos, alternadores y transformadores y 40 toneladas de aluminio”.

El proyecto del nuevo polo logístico está también orientado a soluciones sostenibles, como la iluminación con lámparas LED, el sistema fito-depurativo para el agua caliente sanitaria y la recuperación del agua pluvial para el riego de espacios verdes y para el sistema anti-incendio.  

Sobre el papel, demoler una ex central no es una operación simple: el área ocupada por la planta era de 76mil metros cuadrados, con dos turbinas de gas con una potencia de unos 90 MW cada una, alimentadas con metano. Sin embargo, los trabajos respetaron los tiempos estipulados, ya que la obra, que había arrancado operativamente en septiembre de 2017, finalizó a principios de mayo cuando se colocaron los cimientos de la nueva estructura, que estará terminada dentro de un año. “Gracias a la demolición selectiva se puede ahorrar casi la mitad de los costes de demolición”, explica Mariniello, que además recuerda que tuvo una repercusión positiva en la economía de la zona, ya que la planta de demolición se encuentra en Mirandola, a diez kilómetros de Fossoli.

“La solución que se encontró para la ex central de Fossoli de Carpi representa totalmente el objetivo de Futur-e: transformar el cierre de cada planta en una nueva oportunidad de desarrollo – explica Marco Fragale, responsable del proyecto Futur-e. Enel desea reflexionar sobre la reutilización de los espacios de las centrales identificando soluciones y proyectos que respondan a los criterios de innovación, sostenibilidad social, ambiental y económica.

“Creemos realmente en este proyecto y la idea de encontrar un futuro diferente para las áreas de las centrales, surge de una investigación en nuestra empresa, uniendo las necesidades de business las necesidades de business junto con las del territorio, como en el caso de Carpi”

Marco Fragale, responsable del proyecto Futur-e

 

Un proyecto compartido con la comunidad

Uno de los objetivos principales del programa Futur-e es el de compartir el proyecto con el territorio. El enfoque “Shared Value”, basado en el análisis del contexto y en la directa participación de las comunidades locales a través de concursos, laboratorios de ideas y mesas de trabajo, es una de las claves de éxito de la iniciativa.

El alcalde de Carpi, Alberto Bellelli, lo confirma: “Nuestra opinión sobre el proyecto es muy positiva porque no se abandona una parte de nuestro territorio sino que se recupera y, consecuentemente, habrá trabajo en una zona en la que hace mucho tiempo que no hay”. Bellelli dice estar “orgulloso” de la colaboración con Enel: “Cuando una empresa privada está dispuesta a hacerse cargo de una inversión, los conceptos de regeneración, de reutilización y de no más consumo de tierra, asumen un significado real y concreto”. Entre otras cosas, esta zona de la ciudad posee desde hace años varias plantas y sitios que hacen de ella un auténtico polo de reciclaje y de recuperación, “que no es solamente para Carpi, dotando así a nuestro territorio de una connotación estratégica en el ámbito de la economía circular”.

“El proyecto ha suscitado un debate muy positivo en la ciudad: se valoró, especialmente, la manera en la que se realizará la regeneración del espacio, reutilizando las chatarras y eliminando de manera científica cualquier posible impacto ambiental”

Alberto Bellelli, alcalde de Carpi

Asimismo, la obra sostenible en la que nacerá el polo logístico de Fossoli, representa una especie de bautismo de la nueva ley urbanística regional, que fue aprobada el año pasado y que centra su atención en los conceptos de reutilización, regeneración y de no más consumo de tierra. “Anticipamos lo que sucederá a nivel regional: el proyecto se está convirtiendo en una referencia para otras estructuras de nuestra zona”, cuenta Bellelli.

Desde la energía hasta la logística: Enel como benchmark, Carpi como modelo de economía circular.