Los 200 años de la geotermia, un hallazgo completamente italiano

Los 200 años de la geotermia, un hallazgo completamente italiano

El uso industrial de la geotermia nació hace 200 años en Larderello, un pueblo de la Toscana. Hoy el calor de la Tierra proporciona energía sostenible a muchos países, desde Chile a Estados Unidos, gracias también a Enel Green Power

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Beethoven comenzaba a tener en mente la idea de la Novena Sinfonía. Napoleón languidecía en Santa Elena. Mary Shelley acababa de publicar Frankenstein. Así era el mundo en 1818 cuando, en una Italia todavía repartida en muchos estados diferentes, el calor de la tierra se convirtió en una industria.

 

Un joven ingeniero y el nacimiento de la geotermia industrial

Francesco Giacomo Larderel era un joven ingeniero y empresario de origen francés que se había mudado a Livorno, perteneciente entonces al Gran Ducado de Toscana. No muy lejos de allí, se encuentra la zona de las fumarolas de vapor, conocida desde la época de los Romanos por sus aguas termales y donde en 1777 el químico alemán Hubert Franz Hoefer descubrió el ácido bórico.

La primera gran idea de Larderel fue extraer el ácido bórico para producir boro con fines químicos y farmacéuticos. La segunda, aún más importante, fue desarrollar un método práctico que permitía extraer el ácido bórico en grandes cantidades y a un precio accesible. El 8 de mayo de 1818, hace exactamente doscientos años, el ingeniero puso en marcha en Montecerboli la construcción de su planta. Aquel día supuso la realización del sueño de su vida, pero sobre todo el nacimiento de la geotermia industrial en el mundo.

Posteriormente, Larderel perfeccionó repetidamente su técnica, aumentando progresivamente la productividad de su planta. Con sus ganancias se construyó un palacio y por sus méritos científicos fue nombrado Conde por el Gran Duque quien además, en su honor, llamó Larderello a la localidad donde empezó todo.

 

Cinco bombillas

Sin embargo, Larderel no podía conocer los desarrollos que tendría la empresa científica que había creado. El gran siguiente paso se dio casi un siglo después gracias a Piero Ginori Conti, heredero de la empresa de Larderel y de su inventiva, quien tuvo la idea de utilizar el vapor geotérmico como fuente de energía. El 4 de julio de 1904, con un simple generador constituido por una dinamo alimentada con calor geotérmico, logró encender cinco bombillas.

Fue un auténtico vuelco en la historia de la geotermia, que pasaba del uso químico al uso energético. Pero fue un vuelco también en la historia de la electricidad y de la sostenibilidad. Por primera vez en la historia, el hombre había conseguido generar electricidad desde los recursos renovables procedentes de las profundidades de la tierra.

Larderello se convirtió en la primera capital de la geotermia. En 1911 nace una auténtica central geotérmica, la primera en el mundo y durante décadas también la única a escala industrial. Ya en 1916 la instalación podía satisfacer la demanda de electricidad no solamente de Larderello, sino también de la cercana ciudad de Volterra.

 

La geotermia innovadora de Enel Green Power

Hoy en día, la energía geotérmica es una solución sostenible que se utiliza en numerosos países y una de las joyas de la corona entre las fuentes renovables del Grupo Enel, gracias también a la innovación tecnológica continua.

“Han pasado ya 200 años, pero esta elegante señora mayor que es la geotermia mantiene un espíritu joven gracias a su constante compromiso con la innovación y la sostenibilidad. La excelencia tecnológica del sector geotérmico permite recorrer los caminos de la innovación y optimizar de forma constante la actividad en todos los frentes, de la eficiencia de las instalaciones a los procesos de digitalización y a la inserción medioambiental”

Massimo Montemaggi, Responsable de Geotermia de Enel Green Power

Nuestro logro más reciente en este sector es la planta de Cerro Pabellón, en Chile. Se trata de la primera central geotérmica de América latina y la que está situada a la mayor altitud en el mundo. Fue inaugurada en 2017 en Ollagüe, en el altiplano andino, está equipada con las tecnologías más avanzada y se integrará con instalaciones eólicas y fotovoltaicas. Así llegará a ser el corazón de una red de distribución autónoma y autosuficiente gracias también a dispositivos de almacenamiento avanzados.

La combinación de la energía geotérmica con otras fuentes renovables es una de las características de la innovación según Enel Green Power. La planta de Stillwater, en Nevada, es la primera del mundo en juntar tres tecnologías distintas: geotermia, solar térmica y fotovoltaica – la energía del sol y la de la tierra. De esta forma, aumenta la energía eléctrica que se produce pero al mismo tiempo no aumentan las infraestructuras y se reduce aún más el impacto ambiental.

En Estados Unidos, concretamente en el estado de Utah, la integración tecnológica es aún más fuerte. La instalación geotérmica de Cove Fort aprovecha la potencia de un generador hidroeléctrico que utiliza el agua del pozo geotérmico y contribuye a estabilizarlo, además de aumentar la producción.

También es una tecnología integrada la que introdujimos en la región de origen de la geotermia. En Castelnuovo Val di Cecina, en la Toscana, realizamos un complejo de estas características único en el mundo, juntando una instalación de biomasas a la central geotérmica Cornia 2. La biomasa, procedente de los bosques de los alrededores (a no más de 70 kilómetros de la central) se utiliza para sobrecalentar el vapor geotérmico con el fin de aumentar la potencia general de la instalación.

 

Pasado y futuro

Es precisamente a la cuna de la geotermia donde volvimos para festejar su doscientos años. Junto al CNR organizamos un evento de dos días, el 7 y el 8 de mayo, para celebrar el aniversario y profundizar en el tema de la geotermia sostenible: una conferencia en Pisa y una visita organizada a Larderello.

Esta doble cita pone de manifiesto la importancia de mirar al mismo tiempo hacia el pasado y hacia el futuro. Una forma de recordar dignamente la empresa pionera de Larderel pero también de promover el desarrollo ulterior de la geotermia: dos siglos de historia y un futuro de sostenibilidad.