Energía, desarrollo, educación: Enel y los valores cuantificables

Energía, desarrollo, educación: Enel y los valores cuantificables

A través de sus proyectos de sostenibilidad, Enel contribuye al crecimiento social y económico de los territorios, a la ampliación de las infraestructuras, a los programas de formación y a las iniciativas dirigidas a la inclusión. Los resultados conseguidos ponen de manifiesto nuestro compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS de la ONU) y nos ayudan a aprovechar las oportunidades comerciales emergentes.

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Lo que no se mide no se puede conocer de forma satisfactoria, decía Lord Kelvin, uno de los padres de la física moderna. Y eso vale no solo para la ciencia, sino para todos los datos que afectan a las actividades de un gran grupo industrial, especialmente los que se refieren a la sostenibilidad, que es el centro de nuestra estrategia y que intentamos conocer de forma tangible. Trabajar en un mundo caracterizado por cambios constantes e interdependencia es uno de los retos principales que las multinacionales tienen que afrontar. La búsqueda de valor compartido sostenible para la empresa y sus partes interesadas constituye una oportunidad para conciliar la competitividad con la creación de valor social a largo plazo.

Las relaciones responsables con las comunidades son un pilar del Plan Estratégico de Enel. Enel se compromete a respetar los derechos de las comunidades y contribuir a su progreso económico y social, relacionándose todos los días con numerosas partes interesadas, desarrollando nuevas estrategias y renovando procesos para que las soluciones adoptadas puedan llevarse a cabo también en los otros países en los que Enel actúa.

En 2017 el total de nuestros proyectos de sostenibilidad ascendió a 1.210, lo que supone un incremento del 30% respecto al año anterior, y las personas que se beneficiaron directamente de ellos fueron 9,4 millones: un 50% más que en 2016. Los datos de los resultados demuestran el compromiso constante del Grupo con el crecimiento sostenible de nuestro negocio, que produce un impacto positivo y cuantificable en los territorios en los que estamos presentes.

Para desarrollar estos proyectos es sumamente importante recurrir a las cooperaciones (más de 600 en 2017) con organizaciones que actúan tanto a nivel internacional como local. Un planteamiento de Open Innovability en el que sostenibilidad, innovación y apertura al diálogo ocupan un lugar central en las relaciones con los socios.

 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU

Para definir las acciones de sostenibilidad nos fundamos en la clasificación establecida por las Naciones Unidas en 2015: los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (Sustainable Development Goals – SDGs en inglés) de la Agenda 2030. Nos esforzamos especialmente en conseguir algunos de ellos, asumiendo obligaciones y compromisos concretos. El ODS 7 (Acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna) se refiere a nuestra actividad básica, es decir, suministrar energía limpia y alcanzable para el mayor número de personas posible y de la forma más sostenible (el Grupo apuesta por llegar a 3 millones de personas en los países de África, América Latina y Asia). El ODS 8 (Crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible) para nosotros significa desarrollo socioeconómico y creación de empleo en los lugares y países en los que actuamos (el Grupo apuesta por llegar a 3 millones de personas, un objetivo que ya se ha aumentado 2 veces). En relación al ODS 4 (Educación inclusiva, equitativa y de calidad), nuestras acciones están dirigidas a apoyar la escolarización, principalmente en los países emergentes: la formación de los jóvenes es la base de un futuro y un desarrollo más equitativo y sostenible para todos. Para Enel, “educación de calidad” también quiere decir llevar a cabo iniciativas que favorezcan la creación de entornos escolares inclusivos e innovadores (el objetivo a alcanzar para antes de 2020 son 800.000 personas, el doble de nuestro objetivo inicial).

 

ODS 7: energía asequible y no contaminante

Para conseguir una energía limpia y asequible preparamos proyectos para unos 1,7 millones de beneficiarios (hasta el 31 de diciembre de 2017) en los países de África, América Latina y Asia con los que Enel asumió un compromiso especial. El primer paso es favorecer el acceso a la electricidad, considerando que más de mil millones de personas todavía no lo tienen, sobre todo en los países en desarrollo y en las regiones más aisladas. A través de la descentralización y la formación es posible asegurar el acceso a servicios energéticos modernos, mejorar la eficiencia energética e incrementar el aprovechamiento de los recursos renovables. Por eso hemos puesto en marcha proyectos de electrificación rural (en la región de Alta Guajira, en Colombia, y con la minirred para la comunidad de El Medano en Chile). En dichas iniciativas contamos con la participación de un socio estratégico como “Liter of Light”, con el que enseñamos a las comunidades a realizar pequeñas instalaciones solares aprovechando botellas de plástico y otros materiales de reciclaje: una manera de electrificar las zonas rurales, proteger el medioambiente y el clima y, además, fortalecer el desarrollo de capacidades de las comunidades. De esta forma promovemos la adaptabilidad de las mejores prácticas con la perspectiva de un valor compartido a largo plazo.

Desde el punto de vista de la sostenibilidad económica de la energía acudimos en ayuda de algunos grupos desfavorecidos. Por ejemplo, en el barrio de Ferentari de Bucarest, donde viven familias en condiciones socioeconómicas difíciles, Enel actuó como ya había hecho en Brasil: extendiendo una serie de iniciativas dirigidas a mejorar la calidad de vida, como la oferta de servicios sociales, los proyectos de formación y la protección del medioambiente. Por un lado, todo esto permitió reducir las pérdidas comerciales de la empresa, y por otro, provocó una mayor fidelización de los clientes del barrio y mejoró la relación con la comunidad.

La misma iniciativa se trasladó también a otra región desfavorecida de Rumanía, la antigua región minera de Valea Jiului.

La eficiencia energética es una de las herramientas clave de un comercio sostenible a largo plazo, y muchas son las acciones que Enel desarrolla en ese sentido: de las labores de sensibilización de las empresas que llevamos a cabo en España a los incentivos que brindamos en Perú para que los clientes pasen a aparatos eléctricos eficientes.

La conciencia de la utilización de la energía por parte de la población es sumamente importante para un desarrollo sostenible: por todo el mundo organizamos eventos divulgativos en nuestras centrales (proyectos globales como “Centrali Aperte” y “Play Energy”), pero no solo eso. En Argentina, por ejemplo, nos reunimos con los clientes para informarles de los aspectos económicos y el uso responsable de la energía, mientras que en Italia organizamos seminarios informativos sobre la factura transparente para los sectores más débiles de la población.

 

ODS 8: desarrollo socioeconómico

En cuanto a desarrollo social y empleo, contamos con 1,5 millones de beneficiarios aproximadamente (datos relativos a 2017). Entre nuestras iniciativas cabe destacar, por ejemplo, el desarrollo de la pesca cerca de nuestra central termoeléctrica de Civitavecchia, en Italia, y la introducción de técnicas industriales para la elaboración de avellanas para la población pehuenche que vive cerca de las centrales hidroeléctricas de Pangue y Ralco, en Chile.

Sostenibilidad social y ambiental se cruzan en nuestras iniciativas de economía circular, como las que llevamos a cabo en diferentes países en los que Enel actúa (América del Norte, América Latina y África) para la producción de muebles a partir de materiales de reciclaje (“Wood waste recycling for social purpose” en inglés). Además, en Colombia favorecemos el empleo a través del enfoque “Sirolli”, basado en las personas, para valorar sus ideas, pasiones y recursos: un modelo acorde a nuestra campaña “What’s your Power?”.

 

ODS 4: educación de calidad

En 2017 unas 600.000 personas se beneficiaron de nuestros proyectos en materia de educación y formación. En algunos países (Argentina, Chile, Colombia y Estados Unidos) ofrecemos becas para el acceso a la educación (desde la escuela primaria hasta los institutos de formación profesional), y concretamente en Colombia contribuimos a la formación de docentes con métodos didácticos innovadores.

Además de en los recursos humanos, también pensamos en las infraestructuras: en Perú, por ejemplo, realizamos una instalación fotovoltaica en una escuela primaria para asegurar el suministro de electricidad, y en Rumanía apoyamos un programa de economía circular para reutilizar en los colegios los ordenadores que la empresa ya no necesita, brindando así nuevas oportunidades también para nuestros socios sociales y organizaciones sin ánimo de lucro locales.

Para reducir las desigualdades sociales en Argentina ayudamos a una escuela que frecuentan estudiantes extranjeros con dificultades económicas: con materiales reciclados creamos el mobiliario del comedor para conseguir un entorno más sostenible. En Sudáfrica, con la colaboración de una organización sin ánimo de lucro local, distribuimos a los niños comida de buena calidad que no se había consumido.

Muchos proyectos, muy diferentes, en muchas partes del mundo, pero que apuntan todos a unir sostenibilidad e innovación dentro de un plan estratégico en el que participen todas las partes interesadas en un ecosistema virtuoso para, así, crear valor compartido a largo plazo y luchar por conseguir el objetivo que establece la Agenda 2030, es decir, un futuro sostenible para todos. Y las cifras demuestran que lo podemos lograr.