Green Hot Chile

Duró solo unas pocas horas. Pero el pasado 26 de enero, en Santiago de Chile, 102 autobuses de la ciudad y 22 bólidos de carrera tuvieron algo en común: tanto los unos como los otros estaban impulsados por un motor eléctrico. Silenciosos, capaces de acelerar de forma inesperada y con cero impacto ambiental, representaron el símbolo de un futuro que, día a día, se convierte en presente. Y, en definitiva, tanto unos como otros son el fruto del trabajo y la visión de nuestro Grupo.

Fórmula E, laboratorio de innovación

Esos bólidos son los monoplazas eléctricos que participaron en el Campeonato mundial ABB FIA de Fórmula E, que llegaron a la capital chilena para disputar la tercera carrera de la quinta temporada de esta apasionante competición, en un circuito temporal especialmente montado a lo largo de la verde superficie del Parque O’Higgins: 22 bólidos que pueden alcanzar los 230 kilómetros por hora en las rectas y las “chicane” de la pista, en un tórrido sábado de verano. Pura velocidad (casi) sin ruido, pura energía cinética sin emisiones, 45 minutos de emociones y adrenalina que culminaron en la victoria de Sam Bird, piloto del equipo Envision Virgin Racing.

Este espectáculo arrollador puso de manifiesto que la potencia ya no necesita contaminar y que la movilidad eléctrica es una realidad mucho más concreta y tecnológicamente avanzada de lo que piensa la mayoría de nosotros: esta es, al fin y al cabo, la finalidad para la que se creó la Fórmula E y para la que trabaja nuestro Grupo, que es Official Power Partner del campeonato y, junto con Enel X, Official Smart Charging Partner.

“Nos ligamos a la Fórmula E - dijo Francesco Venturini, que dirige Enel X - porque nuestras visiones coinciden perfectamente: la necesidad de actuar rápidamente para preservar el futuro, de hacer de nuestro planeta un lugar mejor, gracias a la oferta de productos y servicios que contribuyen a crear estilos de vida más sostenibles. Como Fórmula E, nosotros también hemos pensado siempre que la movilidad eléctrica es uno de los mayores estímulos para conseguir estos objetivos. Y en el sector de la movilidad eléctrica, la Fórmula E es el mejor laboratorio de experimentación”.

Basta con pensar en las baterías, que hasta ayer permitían a los monoplazas eléctricos una autonomía para recorrer solo la mitad de una carrera y que en cambio hoy, con el mismo peso, son suficientes para completar todo el gran premio, en su nueva fórmula de 45 minutos seguidos más una vuelta de pista.

Entre los productos de esta experimentación tecnológica, en un banco de pruebas tan duro y extremo, destacan los nuevos puntos de recarga superrápidos que realizó nuestro Grupo y que la Fórmula E adoptó en su versión JuicePump Formula E Edition, además de la genial JuiceLamp, que fue presentada en el expositor de Enel X con ocasión de la competición de Santiago: una farola inteligente de alumbrado público que, además de adaptar en tiempo real la luz a las condiciones ambientales, cuenta con dos puntos de recarga de coches eléctricos JuiceBox de 22 kW y está preparada para funciones como el control del tráfico, el aparcamiento inteligente, el análisis de la calidad del aire y la conexión wifi.

Además de todo esto, los 102 autobuses eléctricos futuristas que Enel entregó a la municipalidad de Santiago (no olvidemos que Chile fue el segundo país del mundo en equiparse de autobuses eléctricos, después de China) transportan cada mes 1.200.000 pasajeros aproximadamente, con sus tres líneas que, desde diciembre de 2018, recorren una media de 238 kilómetros diarios. Los usuarios no solo se aprovechan de un servicio público mejor, ya que los autobuses eléctricos son muy cómodos, cuentan con aire acondicionado, wifi gratuito y puertos USB para recargar el móvil, sino que también experimentan cada día los progresos y las ventajas de la movilidad eléctrica.

Movilidad eléctrica, Chile es protagonista

“Estos autobuses son una auténtica revolución”, afirmó Eliseo Salazar Valenzuela, expiloto de Fórmula 1. “Siendo chileno, me enorgullece que mi país haya sido el primero en adoptarlos en América Latina. Chile vivió como simple espectador las grandes revoluciones de la historia, tanto la industrial como la tecnológica, pero en este último caso, en la movilidad eléctrica, somos los protagonistas. También por esto me alegro de que la Fórmula E vuelva por segunda vez a Santiago”.

La Fórmula E (con un mensaje claro: despertad, la movilidad eléctrica no es una quimera del futuro sino un presente muy rápido y concreto) es revolucionaria en todos sus aspectos: es el equivalente de la máquina de vapor de finales del siglo XVIII o del ordenador personal de finales de los setenta del siglo pasado. Quizá por eso en la historia del automovilismo deportivo nunca un campeonato, en tan poco tiempo, logró llegar a un número tan elevado de espectadores, patrocinadores y fabricantes, ni tal número de ciudades compitieron por la oportunidad de acoger un gran premio. Y como destacó Manuel Ortiz, director de operaciones de Fórmula E, “participan en la competición las marcas automovilísticas más prestigiosas: ya no cabe duda de que el futuro del coche es eléctrico, y para ellas participar en la Fórmula E no es tan importante para ganar, sino para desarrollar nuevas tecnologías y aplicarlas a sus productos comerciales”.

Estos vehículos, una vez comercializados, logran dejar boquiabiertos también a los automovilistas más exigentes y tradicionalistas. “La velocidad me gusta mucho todavía”, dijo Salazar, que tiene 64 años. “En mi carrera conduje todo tipo de coches y competí en todas las categorías, desde el rally en Indianapolis hasta la Fórmula 1. Creía haberlo visto todo, pero cuando probé por primera vez un coche eléctrico quedé deslumbrado. Ninguno de los vehículos que había conducido anteriormente me había dado la misma satisfacción. Desde entonces no he vuelto atrás”.

Y eso es exactamente lo que dicen también los pasajeros de los nuevos autobuses eléctricos de Santiago.