“Seeds&Chips”, tecnologías para alimentar al mundo

“Seeds&Chips”, tecnologías para alimentar al mundo

En Milán se celebró la quinta edición de “Seeds&Chips”, la cumbre mundial de innovación alimentaria que hizo honor a su nombre y sembró muchas semillas en el terreno del futuro, centrado en África. Enel Green Power fue el patrocinador principal, protagonista en los paneles sobre África y sobre la relación entre energía y alimentos.

En la tarde del 6 de abril de 1994, un misil procedente de una colina de Kigali alcanzó al avión en el que viajaban los presidentes de Ruanda y Burundi: este fue el detonante que provocó el último genocidio del siglo XX. En 2019, veinticinco años más tarde, Ruanda ha renacido y va a poner en órbita su primer satélite, que se utilizará para la agricultura de precisión y para adquirir nuevos datos meteorológicos.

Este renacimiento ha sido posible gracias a un binomio impensable hasta hace pocos años: tecnología y agricultura. De acuerdo con la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, la población mundial superará los 9.000 millones de personas en 2050 y la producción alimentaria tendrá que aumentar en un 70%. Pero ¿cómo producir más alimentos con un impacto menor sobre el planeta? Precisamente uniendo las nuevas tecnologías a la agricultura, el mismo binomio que dio vida a “Seeds&Chips”, la cumbre mundial en el campo de la innovación alimentaria. La quinta edición, que se celebró en la Feria de Milán-Rho (norte de Italia) del 6 al 9 de mayo, se centró precisamente en África.

 

¿Por qué comenzar por África?

No podía ser de otra manera. El continente donde el problema de la comida y la energía es más acuciante (en la zona subsahariana, 600 millones de personas no tienen acceso a la electricidad y una de cada cuatro sufre desnutrición) es también el más joven y cuenta con un 65% de las tierras todavía sin cultivar. El mundo tiene que mirar al gigante africano para planear un futuro más sostenible, considerando también los efectos del cambio climático sobre los flujos migratorios.

El principal patrocinador de la cumbre fue nuestro Grupo, que en África, a través de Enel Green Power, es el primer operador privado del sector de las energías renovables. En Milán, el Consejero Delegado de Enel Green Power, Antonio Cammisecra, puso de manifiesto el profundo vínculo (Nexus) que une agua, comida y energía de forma circular. La falta de acceso a la electricidad en el África subsahariana plantea un problema sumamente grave para la seguridad alimentaria e hídrica: “un problema que, según los pronósticos, de aquí al 2030 aumentará aún más con el crecimiento demográfico y la urbanización”. Lo que necesita el futuro del continente es un nuevo modelo de desarrollo que integre electricidad, agua y comida, explicó Cammisecra, recordando los beneficios de las fuentes renovables no solo en cuanto al impacto sobre el clima sino también por los costes, la velocidad y la facilidad de instalación. “Además, se ha calculado que el hecho de invertir en energías limpias produce un impacto positivo en al menos 10 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU”, como demuestra, por ejemplo, el proyecto de Enel Green Power en Metehara, Etiopía.

 

Nuevas generaciones y tecnología: el rol de la agricultura de precisión

Sin embargo, el retraso del continente africano también puede constituir una oportunidad, ya que permite no volver a repetir los errores cometidos en otras zonas del mundo, como, por ejemplo, la utilización de energía procedente de fuentes fósiles y la explotación intensiva de los recursos.

De ahí el papel fundamental de la innovación tecnológica, que ya brinda muchas ventajas a la llamada agricultura de precisión. Un sector en rápida expansión que va del “precision farming” (sensores GPS, drones y satélites para monitorizar el suelo, los cultivos y las cabezas de ganado) al empleo de la robótica y la inteligencia artificial en la siembra y la logística, pasando también por las biotecnologías, que hacen más resistentes las variedades vegetales preservando la biodiversidad, aumentan las producciones sin aumentar las superficies cultivadas y reducen el consumo del agua y los efectos de los parásitos. Tecnologías que no pueden prescindir del uso de la energía.

“La relación entre energía e innovación es muy fuerte”, afirma Yvonne Lokko, Industrial Development Officer de la UNIDO (United Nations Industrial Development Organization – Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial). “Basta con pensar en las tecnologías de la cadena de frío para la conservación de la carne y el pescado, o en el desarrollo de las cámaras frigoríficas alimentadas con energía solar, especialmente en las zonas rurales que no tienen acceso a la red eléctrica”.

En opinión de Ndidi Okonkwo Nwuneli, managing partner de Sahel Consulting Agriculture & Nutrition Limited, “la agricultura de precisión ofrece un potencial enorme, no solo para Nigeria, donde yo vivo, sino para toda África, ya que, por ejemplo, informa a los agricultores sobre la utilización de los fertilizantes y la cantidad del riego, y hace más eficientes los cultivos. En cambio, uno de los obstáculos para su difusión son los costes, de momento casi prohibitivos para muchos agricultores”. 

Hay quien considera el ejemplo de la política agrícola europea como un modelo de colaboración entre Estados, quien recuerda que durante la época colonial África exportaba alimentos a todo el mundo y que puede volver a ser “the food basket of the planet” (“la cesta de comida del planeta”). Hay incluso quien, como el expresidente de Nigeria y exagricultor, Olusegun Obasanjo, destaca los efectos de las finanzas: “El precio del cacao lo establece la Bolsa de Londres, a pesar de que Ghana, Nigeria y Costa de Marfil producen el 70% del mercado”. En opinión de Donald Kaberuka, séptimo presidente de African Development Bank Group, del continente africano puede llegar “una oportunidad para todo el mundo: no penséis en lo que veis en el Mediterráneo, pensad en nosotros como en socios: no tenéis que hacer algo por nosotros, sino junto a nosotros”.

A todo esto puede ayudar que las nuevas generaciones estén tan entusiasmadas con las nuevas tecnologías, según pone de manifiesto Tomi Davies, presidente de ABAN (African Business Angels Network). “El elemento demográfico es un factor de innovación: –explica Maria Helena Semedo, Deputy Director General climate and general resources de la FAO – la tecnología aplicada a la agricultura puede conseguir que los jóvenes que actualmente están estudiando en la ciudad vuelvan al campo”.

 

La cultura de la sostenibilidad

“Seeds&Chips” tiene el mérito de haber vuelto a poner a África en el centro de la agenda global sobre el futuro de la alimentación. “No podemos hablar de alimentación y sostenibilidad si África no está sentada en la mesa”, explica Marco Gualtieri, fundador y presidente de la cumbre. “Sostenibilidad” fue la palabra más utilizada en los pabellones donde se celebró el evento, en cuyo centro se colocaron los 17 contenedores de colores que viajarán por el mundo para difundir los ODS de la ONU.

"El hambre cero (ODS número 2) no es solo uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, sino también un derecho fundamental del hombre”, subrayó Kerry Kennedy, presidente de la Fundación Robert F. Kennedy Human Rights. Rajiv Shah, presidente de Rockefeller Foundation, recordó la relación entre educación alimentaria y obesidad y el apoyo al proyecto “Food for Soul” de Massimo Bottura, el chef distinguido con tres estrellas Michelin que organiza comedores sociales en todo el mundo para llamar la atención sobre el tema del desperdicio de comida.

Cultura de la sostenibilidad significa también sensibilizar a los consumidores sobre el tipo de energía que se utiliza para producir los bienes que adquieren, explicó Antonella Santilli, Responsable de Sostenibilidad de Enel Green Power, que recordó la adhesión de muchos grandes grupos a RE100, la alianza mundial que se compromete a reducir su impacto ambiental para llegar a satisfacer sus necesidades energéticas con un 100% de energía de fuentes renovables, “de las que hay que echar por tierra ciertos prejuicios, ya que no son más caras que las energías tradicionales”.

 

Las semillas para el futuro

“Seeds&Chips” hizo honor a su nombre y sembró muchas semillas en el terreno del futuro. Por ejemplo, a través del lanzamiento del proyecto FIHNK (Food Innovation Hub Network), que plantea crear, antes de 2030, diez Food Innovation Hubs en sendos países africanos, que serán plataformas para relacionar a los diferentes actores que trabajan en el sector alimentario: sobre todo agricultores, pero también innovadores, inversores, fundaciones, empresas públicas y privadas, ONG e instituciones.

El evento de Milán representó el comienzo de la creación de esta red y también volvió a ofrecer la iniciativa “Give me Five!”, que pone en contacto a jóvenes empresarios con altos directivos de grandes empresas: cinco minutos para “confesar” sus proyectos e ilusiones y recibir consejos.

Al final de la cumbre, Enel Green Power decidió premiar, en la categoría “Nourishing the nexus through innovation”, a la startup estadounidense Farm from a Box, que con su proyecto pretende replantear la agricultura comunitaria haciéndola más eficiente, más productiva y más ventajosa desde el punto de vista ambiental a través de la utilización de un contenedor alimentado con energía renovable.

También se les otorgó gran importancia a los jóvenes de la “Generación Greta”, “teenovators” de 13 a 19 años procedentes de los cinco continentes que presentaron las diferentes secciones temáticas, describiendo ideas y proyectos para proteger el planeta. Si, como dice un viejo refrán indio, no heredamos la Tierra de nuestros ancestros sino que la tomamos prestada de nuestros hijos, entonces es a ellos a los que tenemos que escuchar en primer lugar.