La energía de la plataforma para la ciudad digital

La energía de la plataforma para la ciudad digital

La energía como plataforma digital fue el tema central de la decimoctava edición de #EnelFocusOn que tuvo lugar en el Enel Innovation Hub & Lab de Milán. La ponente principal fue Kathryn Parsons, cofundadora y CEO di Decoded, que habló del tema junto con Silvia De Francisci, Head of New Technologies and Innovation de Enel Brasil

Revolucionar nuestra manera de pensar la energía. Verla, o mejor dicho, imaginarla como una fuerza inmensa capaz de mejorar nuestra vida. ¿Es ciencia ficción? La respuesta es afirmativa si ciencia ficción significa, como decía Ray Bradbury, uno de los grandes maestros del género literario, “observar las nuevas máquinas a medida que aparecen e imaginar sus usos increíbles”. No se trata de un ejercicio de bella escritura, porque como decía Bradbury, la ciencia ficción “finge mirar hacia el futuro, pero en realidad, mira el reflejo de la verdad que se encuentra delante de nosotros”.

Energy as a Digital Platform”, la energía como plataforma digital, una verdad potente que nos está mostrando la energía y sus numerosas implicaciones. Este fue el tema del #EnelFocusOn que tuvo lugar en el Enel Innovation Hub & Lab de Milán, el pasado 22 de octubre. En la decimoctava edición de nuestro ciclo global de discusiones abiertas, nacido hace tres años atrás y, hasta el día de hoy, seguido en directo por más de 17 millones de espectadores, participaron expertos e influencers procedentes de 8 países. 

Sobre este tema, intervino también Silvia De Francisci, Head of New Technologies and Innovation de Enel Brasil, mientras que la ponencia principal estuvo a cargo de Kathryn Parsons, cofundadora y CEO de Decoded, empresa de educación tecnológica nacida en Londres en 2012 con una promesa: enseñar la programación en código a todos y por doquier. Quizás una promesa visionaria pero que se ha cumplido, teniendo en cuenta que Decoded se encuentra presente en 85 ciudades del mundo, enseñando los secretos del lenguaje binario a más de medio millón de personas.

 

El lenguaje de los datos para el desarrollo de la humanidad

“El mundo ha cambiado radicalmente en los últimos cien años - inició Parsons - pero nuestra forma de aprender sigue siendo, sustancialmente, la misma. Si pensáis a la última experiencia de aprendizaje estoy segura que debe haber sucedido hace mucho tiempo atrás. ¿Cuándo dejamos de aprender? Las previsiones dicen que el 50% de los trabajadores actuales, si no aprenden algo nuevo, serán reemplazados por las máquinas. Frente a esta situación, tenemos dos alternativas: o aceptamos un mundo con la mitad de los trabajadores desocupados o recomenzamos a aprender”.

Según Parsons, tenemos todo a nuestro favor si aprendemos el lenguaje de la tecnología, en particular el análisis de datos, pues “cada sector económico se basa y se basará cada vez más en ellos” y solamente en los Estados Unidos, la demanda de analistas de datos, aún no satisfecha, es de 2,8 millones de empleos. La posibilidad de aprender “debería estar al alcance de todos: el lenguaje de los datos es como cualquier otro idioma y saber hablarlo no debería ser solamente un privilegio de los "nerds", así como el griego antiguo no debería ser estudiado solamente por los arqueólogos”.

¿Por qué esta democratización? Porque toda persona que domine este lenguaje, más allá de sus conocimientos profesionales, será capaz de contribuir al desarrollo de la humanidad. Es la razón, continúa diciendo la empresaria tecnológica, por la cual Finlandia ofreció recientemente a sus ciudadanos cursos gratuitos por Internet de programación de inteligencia artificial. “Cuando hablo de desarrollo de la humanidad, me refiero al hecho de que las nuevas herramientas tecnológicas, si están a disposición de todos, pueden resolver rápidamente problemas extremadamente complejos que hasta el día de ayer parecían irresolubles, como por ejemplo, algunas patologías o los problemas relacionados con el sector energético”. Es más, la misma energía, combinada con las nuevas tecnologías, permite ahorrar cada vez más energía. Un ejemplo para todos: gracias a las aplicaciones de inteligencia artificial, los centros de datos de Google, redujeron sus consumos energéticos para refrigerar sus servidores en un 40 por ciento.

 

Las ciudades como laboratorios tecnológicos

En definitiva, en nuestro viaje hacia el futuro la única frontera es la fantasía, la tarjeta de embarque es la energía y la primera parada es el ambiente urbano que, según De Francisci quien tomó la palabra después de Parsons, es un verdadero “laboratorio para experimentar nuevas tecnologías en tiempo real”.

En un mundo donde antes de 2050, siete de cada diez habitantes se concentrarán en las megalópolis, “la combinación de electrificación y digitalización (esta última permitirá un uso cada vez más capilar y eficiente de las energías renovables), será el factor decisivo para una urbanización sostenible, permitiendo la descarbonización y contribuyendo a desarrollar megalópolis de cero emisiones”.

De Francisci explicó que las redes “data-driven” (impulsadas por datos) constituyen la base de este proceso: una conectividad avanzada que permite servicios urbanos inteligentes y crea comunidades digitales, contribuyendo de manera significativa al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), indicados por las Naciones Unidas en la Agenda 2030.

“Nosotros estamos haciendo nuestra parte aplicando el concepto de plataforma digital en el mundo de la energía, para crear un ambiente abierto, asequible y sostenible e involucrando a todos los stakeholders dentro de un ecosistema común”.

Precisamente, las "smart grids" (redes inteligentes) promueven el ahorro energético, difundiendo un mayor conocimiento de los consumos gracias al acceso, en tiempo real, a los datos de parte de los clientes; garantizan una mayor estabilidad y confiabilidad del suministro de energía; refuerzan la red eléctrica en general, limitando las dispersiones, haciendo que sea más eficiente y resiliente frente a los fenómenos atmosféricos que, por el cambio climático, deberemos afrontar cada vez más; por último, facilitan una difusión cada vez mayor de los servicios de impacto cero, como la movilidad eléctrica.

 

La inteligencia artificial del gemelo digital

Sin embargo, prosiguió De Francisci, “para nosotros la red inteligente es un punto de partida. Luego de veinte años de experiencia en las redes inteligentes, estamos listos para dar el siguiente paso: el llamado Network Digital Twin, una réplica digital perfecta de nuestra red que reproduce la estructura y sus procesos en tiempo real. Una verdadera plataforma para la energía donde la automatización, la Internet de las Cosas y el poder de la inteligencia artificial, junto con las increíbles posibilidades de interacción entre el hombre y la misma plataforma que ofrecen las tecnologías de nueva generación, crean una nueva y entusiasta frontera en la gestión de las infraestructuras de red”. Una frontera que nuestro Grupo ya está explorando en São Paulo, Brasil, en el barrio de Vila Olímpia donde, recientemente, hemos lanzado el primer Network Digital Twin de América Latina y que permite imaginar (no tan diferente a aquél “imaginar usos increíbles para las nuevas máquinas” de Ray Bradbury) una extraordinaria cantidad de nuevos servicios y beneficios para las ciudades del futuro, en una escala infinitamente más amplia y más compatible con las dimensiones gigantescas de las megalópolis de 2050 que estiman las proyecciones demográficas.

“No se trata de ciencia ficción”, dijo el Director de Comunicación de Enel, Roberto Deambrogio, durante el cierre de la mesa redonda. “En el edificio donde nos encontramos, el Innovation Hub & Lab, existen tecnologías extraordinariamente avanzadas: por ejemplo, tenemos la posibilidad de simular una interrupción de la energía hasta de un millón de usuarios en diferentes partes de Italia, como si fuera un evento catastrófico, y poner en marcha planes cada vez más eficaces para restablecer la red. Hasta hace unos años, estas tecnologías eran impensables. Hoy son una realidad tangible y en continuo desarrollo”.

Después de todo, fue el mismo Leonardo da Vinci quien, quinientos años atrás, ofreció la mejor definición de ciencia ficción: él la llamaba “prescienzia” y era, simplemente, “notizia delle cose ch’è possivine che possm venire”, es decir, dar noticia de las cosas que podrían llegar.