La sostenibilidad como valor: el Plan Estratégico 2020-2022

La sostenibilidad como valor: el Plan Estratégico 2020-2022

Dentro del Capital Markets Day 2019 Enel presentó su Plan Estratégico 2020-2022, cada vez más integrado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODSs) de la ONU. Las inversiones en energías renovables y redes continúan en aumento.

Hay dos formas de decir sostenibilidad: se pueden utilizar treinta palabras o solamente una. De acuerdo con la mayoría de los diccionarios la sostenibilidad es “para las ciencias ambientales y económicas, la condición de un desarrollo que logre responder a las necesidades de la generación actual sin comprometer la posibilidad de las generaciones futuras de satisfacer las propias”. Pero hay otra definición, igualmente válida, que se puede resumir en una sola palabra: valor. 

Esta es la síntesis de lo que se les puso de manifiesto a inversores, analistas financieros y medios de comunicación el pasado 26 de noviembre en Milán, con motivo del Capital Markets Day 2019, durante el cual Francesco Starace y Alberto De Paoli, respectivamente Consejero Delegado y Director General, y Director de Administración, Finanzas y Control de nuestro Grupo, presentaron el Plan Estratégico 2020-2022, resumido en un paralelismo tan sencillo como potente: sostenibilidad es igual a valor.

 La exactitud y la fuerza de esta ecuación, afirmó Starace, han resultado evidentes en los últimos cinco años en los cuales nuestro modelo de negocio sostenible e integrado ha favorecido la creación de valor en el marco de la transición energética. Por lo tanto, el año 2015 marca la revolución del modelo de negocio del Grupo con el abandono de las inversiones a gran escala en las centrales convencionales en beneficio de un crecimiento más flexible, básicamente, en el sector de las energías renovables. Este claro viraje hacia los negocios sostenibles aumentó de forma evidente la visibilidad de los ingresos, al mismo tiempo que redujo el perfil de riesgo del Grupo también a través de la reducción de la exposición a la fluctuación del precio de los commodities.

 

Las primacías de Enel

En 2015 alcanzamos la meta récord de 1 GW de nueva capacidad renovable instalada en el transcurso del año llegando hasta 3 GW ya en 2018. Esta aceleración nos ha permitido ampliar nuestra flota de energía renovable de 37 GW a 46 GW lo que nos ha convertido en el líder mundial de los operadores eléctricos privados.

El Grupo ha realizado importantes inversiones para la digitalización de las redes de distribución con el fin de maximizar su eficiencia, su estabilidad y su resiliencia. Además, apostamos sobre la creación de nuevos servicios e infraestructuras con la creación de la nueva línea de negocio  global Enel X, que en la actualidad es líder mundial en respuesta a la demanda. Gracias a estos esfuerzos hoy en día Enel es el primer operador mundial privado por número de usuarios conectados a sus redes y cuenta con la base más amplia de clientes minoristas.

Los resultados de esta estrategia orientada a la sostenibilidad son evidentes: se conseguirán – o mejor dicho – se superarán todos los objetivos planteados en el Plan 2015-2019, como por ejemplo el EBITDA (beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros), que a finales del año llegará a 17.800 millones de euros frente a los 17.000 millones esperados; o las eficiencias operativas, previstas para 1.100 millones de euros y que en cambio alcanzarán los 1.550 millones de euros.

Gracias al nuevo posicionamiento estratégico del Grupo el rendimiento total para el accionista de Enel en el periodo 2015-2019 superó el 130%, debido a la duplicación del dividendo por acción (que pasó de 0,16 euros a 0,33) y al aumento de la cotización del título, que convirtió a nuestro Grupo en líder en términos de capitalización entre las empresas italianas y los servicios de utilidad pública europeos. Todo ello pone de manifiesto cómo la integración de la sostenibilidad en nuestra estrategia contribuyó a crear valor.

 

Descarbonización y electrificación: la visión del futuro

A partir de ahora ponemos en marcha nuestra estrategia para el futuro, aún más dirigida a la descarbonización y la electrificación del consumo, que favorecerá el desarrollo ulterior de infraestructuras de red, ecosistemas y plataformas.

Una estrategia fundada en la sostenibilidad a través de la identificación clara de la aportación de cada inversión a la consecución de los ODSs, los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por la Agenda 2030 de Naciones Unidas (SDGs, por su sigla en inglés), con particular atención a los objetivos 7 (energía asequible y no contaminante), 9 (Industria, innovación e infraestructuras), 11 (Ciudades y comunidades sostenibles) y 13 (Acción por el clima). Concretamente, de los 28.700 millones de euros de inversiones totales previstas para los próximos tres años, casi el 95% están dedicados a estos 4 ODSs.

“Hemos llegado al punto en que todos juntos tenemos que afrontar un reto para descarbonizar el sector energético”, dijo Francesco Starace. “Y decir que tenemos que hacerlo todos juntos significa que no es posible quedarse afuera. La transición energética es una tendencia que ya habíamos adelantado en 2012 y en los últimos años nos hemos centrado en las competencias que tenemos que desarrollar para que nuestro modelo de negocio pueda aprovechar al máximo las oportunidades que la transición ofrece y ofrecerá en el futuro”. Este año, en opinión del Consejero Delegado y Director General de Enel, marcará un cambio que determinará una decisiva aceleración de las tendencias actuales: “Hoy vemos que nuestras previsiones se cumplen realmente”.

En detalle, en cuanto a la descarbonización, el Plan Estratégico de los próximos tres años plantea inversiones por 14.400 millones de euros, casi todas en el desarrollo del portafolio de energías verdes: se prevé un nivel promedio anual de la capacidad renovable desarrollada igual a 4,7 GW, por un total, en el periodo 2020-2022, de 14,1 GW, lo que llevará el porcentaje de energías renovables de la capacidad instalada total del 50% actual al 60%. Además, para 2030 el Grupo Enel se plantea reducir en un 70% las emisiones de gas carbónico respecto a 2017.

Todo eso se llevará a cabo a través de una nueva línea de negocio, Global Power Generation, que al unificar la generación térmica y la renovable en una única estructura, en opinión de Starace, permitirá “mejorar las sinergias y aprovechar al máximo las oportunidades que brindan las energías renovables y las otras tecnologías necesarias para la transición energética, dando mayor impulso tanto al abandono progresivo del carbón como a la difusión de las energías renovables y respaldando nuestro camino hacia la descarbonización completa antes de 2050”.

Unos 1.200 millones de euros se dedicarán a inversiones para favorecer la electrificación del consumo, aprovechando el crecimiento de la base de clientes minoristas, mientras que 13.000 millones de euros se destinarán a los factores habilitantes de la transición energética: infraestructuras de red, ecosistemas y plataformas. Entre 2020 y 2022 Enel seguirá invirtiendo en la digitalización de la red, llevando el número de contadores inteligentes de segunda generación instalados de 13 a 29 millones. Además, a través de Enel X, el Grupo responderá a la demanda creciente de servicios de valor añadido de los clientes, por ejemplo, gracias a la instalación de casi 650.000 puntos de recarga públicos y privados para vehículos eléctricos, el aumento de la capacidad de respuesta a la demanda gestionada hasta 10,1 GW y el crecimiento de los sistemas de acumulación hasta 439 MW.

En fin, Enel adoptará a nivel global un modelo basado en plataformas en las redes, la venta y Enel X, que permitirá uniformar y optimizar procesos operativos, favoreciendo la consecución de las eficiencias previstas en el Plan y la creación de nuevas oportunidades de negocios.

Gracias a todas las inversiones previstas en el Plan el EBITDA de Enel alcanzará 20.100 millones de euros en 2022, con un aumento del 13% respecto a los 17.800 millones de euros esperados para 2019.

 

Las finanzas sostenibles

Ya que para el Grupo “sostenibilidad” no es un mero lema sino, como explica el Director de Comunicación Roberto Deambrogio, “el eje fundamental en que se basa nuestro Plan Estratégico”, planteamos integrarla aún más también en el sector financiero, con la finalidad de ampliar el uso de instrumentos de finanzas sostenibles para cubrir la deuda total del 22% actual al 43% en 2022, y al 77% en 2030. En especial la deuda será financiada básicamente por bonos ligados a los ODSs, que brindan ventajas considerables. Lo demostraron las emisiones de dos bonos relacionados con los objetivos de la Agenda 2030, emitidos entre los pasados meses de septiembre y octubre, de unos 4.000 millones de euros. Como destacó Alberto De Paoli, estos bonos ya aseguraron a nuestro Grupo un ahorro del 20% respecto a los bonos tradicionales. “Esto representa un reconocimiento importante por parte del mercado del valor de la sostenibilidad” comentó el Director de Amdinistración, Finanzas y Control de Enel.

 

La creación de valor para los accionistas

La reducción del coste medio de financiación — que pasará de 4,2 a 3,8% en los próximos tres años —, la simplificación de la estructura del Grupo y el resultado operativo arriba mencionado, determinarán un crecimiento del 27% del beneficio neto ordinario de Grupo, que alcanzará los 6.100 millones de euros en 2022.

La solidez de la estrategia de Enel y la confianza en su posibilidad de conseguir sus objetivos, favorecidas también por la reducción ulterior del perfil de riesgo del Grupo, permiten aumentar el dividendo mínimo en un céntimo de euro por acción en 2020 y 2021 respecto a los objetivos previstos en el Plan anterior, además de establecer un nuevo dividendo mínimo de 0,40 euros por acción en 2022, con un incremento respecto a los 0,32 euros por acción fijados para 2019.

“El concepto de sostenibilidad — dijo Starace —nos ha permitido hasta ahora hacer tres cosas: impulsar una curva de innovación que de otra manera non se pondría en marcha, evitar los errores, llevándonos a no emprender proyectos que no tuvieran un componente de sostenibilidad y, finalmente, reducir el coste de la financiación. En el futuro veremos la sostenibilidad como un valor cada vez más tangible, en términos financieros y como importante factor de reducción del riesgo”.

Ya no estamos en la época en que, como escribió Oscar Wilde, “se sabe el precio de todas las cosas y se ignora el valor de una sola”. Hoy en día conocemos muy bien el valor de la sostenibilidad. Y también sabemos que no tiene precio.