Liderazgo gentil: nuestro nuevo “way to be”

Liderazgo gentil: nuestro nuevo “way to be”

de Guido Stratta, Director de People and Organization de Enel
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2020 fue un año terrible para todos. La pandemia determinó cambios profundos en nuestra forma de entender la vida. Un periodo que nos está poniendo frente a nuevos interrogantes y desafíos, que, inexorablemente, también repercuten en nuestra forma de entender el trabajo. Muchas empresas, en todo el mundo, han empezado a reconsiderar sus modelos operativos. 

En un momento histórico como este, es necesario potenciar los estímulos de reflexión que nos brinda la crisis que estamos viviendo. Muchas empresas se están dando cuenta –algunas después de más de un siglo– que las modalidades operativas y organizativas que conocíamos se han superado en muy poco tiempo.

Al comienzo, la nueva situación cogió desprevenidos a los trabajadores de estas empresas que, sin embargo, se han adaptado al nuevo contexto con gran valor y responsabilidad. Han aprendido a gestionar el trabajo en remoto y la autonomía que esto conlleva, y se han vuelto aún más digitales.

Ahora, tenemos que capitalizar estas experiencias y apropiarnos de las lecciones sobre el mundo laboral que hemos extraído de ellas.

A nivel profesional, todos nosotros estamos demostrando gran resiliencia y responsabilidad, y a cambio recibimos confianza, cuidados y escucha en las relaciones interpersonales. Sería impensable que, una vez vencida esta terrible pandemia, las personas volviesen trabajar del mismo modo que lo hacían antes.

Efectivamente, es ahora cuando las empresas tienen que reconsiderar su forma de trabajar. Para hacer esto, es sumamente importante poder combinar el valor del aspecto relacional del trabajo con lo que estuvimos aprendiendo en este periodo tan particular.

En esta perspectiva, todo lo que se puede hacer a distancia, evitando el estrés del viaje hacia la oficina y reduciendo, al mismo tiempo, la contaminación, se seguirá haciendo en casa, en los espacios de cotrabajo, en nuevas zonas y en oficinas Hub Quarter –sin despachos individuales y con amplios espacios de colaboración e intercambio–. Además, esto mejorará la calidad de las relaciones humanas, generando momentos en los que se lanzarán proyectos, habrá intercambio de ideas, y donde las personas podrán encontrarse con sus compañeros de departamento una vez al mes o más, para construir espíritu de equipo, sentimiento de comunidad e inclusión. Las personas tendrán acceso a la oficina de acuerdo a sus necesidades, reservando con antelación, con el mismo sentido de responsabilidad que han demostrado en este periodo. 

En Enel ya estamos reconsiderando nuestra forma de trabajar, y nos centraremos aún más en las exigencias concretas de los clientes, tanto internos como externos, con vistas a simplificar la “máquina”. Trataremos de relacionarnos con todas las startups, los nuevos desarrollos e innovaciones, para estar listos para el cambio, que ahora es una necesidad irrenunciable.

Para proyectarnos en este nuevo escenario, es determinante establecer cómo replantear las relaciones entre líderes y colaboradores, entre el talento de las personas y las áreas de la empresa.

Nuestra cultura empresarial se caracterizará cada vez más por el concepto de “liderazgo gentil”, un liderazgo de empoderamiento de las personas basado en las habilidades emocionales, que deberá combinarse con las habilidades técnicas que las empresas ya poseen. 

Pasaremos del “yo” al “nosotros”.

El concepto de liderazgo se va desplazando de “mandar y controlar” –dirigido exclusivamente a la obtención de resultados– a un modelo de dirección atento a la relación, la confianza, al respeto del talento de cada persona, sin dejar de apuntar al logro de objetivos. 

La atención se volcará al “cuidado de las personas”, escuchándolas y ayudándolas a aprovechar las oportunidades de la transformación que estamos viviendo. Eso contribuirá a crear un buen clima laboral en el que las personas se sientan responsabilizadas y autónomas. El hecho de dedicarse a las personas procede de una sintonía empática con ellas: la capacidad de escuchar, la capacidad de descubrir su talento y la conciencia de que todo el mundo tiene un don.

De esta manera, el rol del director se convierte en la tarea de acompañar a las personas en la trayectoria profesional que permite a cada uno desarrollar sus pasiones, ayudando a personas y equipos a posicionarse en el contexto que favorezca el florecimiento de sus talentos.

En los últimos tiempos, difícilmente trabajo y pasión hayan ido de la mano, y ha sido una opinión generalizada pensar que combinar pasión y trabajo es un privilegio para pocos.

Sin embargo, esta experiencia dramática que todos estamos viviendo, también nos ha proporcionado una nueva conciencia. El tema de conciliar trabajo y pasiones está relacionado con la capacidad de actuar en esta dirección, en la capacidad de planificación: si una persona sabe dónde quiere llegar, entonces se le allana el camino para favorecer encuentros y relaciones, dentro de las empresas, que podrán acompañarla al encuentro de sus propias pasiones.

En la actualidad, las personas viven en entornos cada vez más flexibles, donde ya no hay órdenes jerárquicos rígidos. El entorno de referencia es el marco en el que pueden apoyarse para potenciar su talento y una organización que crea las condiciones para hacerlo.

El futuro de las organizaciones será este mix “digilógico” –digital y analógico– creado por la simplificación de los procesos y de los procedimientos empresariales, y hecho de confianza, responsabilidad, escucha, pasiones y nuevas formas de liderazgo. 

Esta es la visión de Enel de el nuevo “way to be”.