Electrificando Europa para un futuro libre de carbono

Electrificando Europa para un futuro libre de carbono

por Simone Mori, Director Europe de Enel
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La Unión Europea (UE) acaba de presentar sus nuevos objetivos climáticos para 2030. Un plan más ambicioso para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 55% de aquí a 2030, en comparación con los niveles de 1990, con el fin de lograr la neutralidad de carbono en el bloque para 2050. La UE ha lanzado su meta climática a través del paquete de medidas llamado “Fit for 55” que incluye políticas destinadas a transformar profundamente la economía europea mediante la revisión, a mediados de julio de 2021, de las principales leyes de la UE en materia de energía y clima.

El paquete “Fit for 55” allana el camino para la implementación del Pacto Verde de la UE, que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, definió como “el momento europeo del hombre en la luna”, cuando fue lanzado, en septiembre de 2019.

Estas revisiones legislativas representan una oportunidad única para que Europa avance y triunfe en la carrera climática. Por eso, este es el mejor momento para demostrar nuestro firme compromiso y priorizar estrategias más eficientes, sostenibles y rentables para descarbonizar nuestra economía. Necesitaremos una vasta expansión de las energías renovables, así como un gran incremento del número de vehículos, productos y procesos que funcionan con electricidad si de verdad queremos alcanzar los objetivos de descarbonización de la UE.

La electricidad alimentada por energía renovable es la solución más eficiente y rentable: es limpia, asequible, y de alto rendimiento. Además, se presenta como el único camino viable para implantar un sistema de energía verdaderamente limpio. La electricidad garantiza, del mismo modo, un ahorro económico en sus facturas a los hogares, ya que cuando los dispositivos son eléctricos, permiten ahorrar energía gracias a su alta eficiencia en comparación con otro tipo de suministros. Además, la electricidad puede convertir nuestros hogares en inteligentes y digitalizados mediante tecnologías inteligentes que permiten el empoderamiento del cliente. Si miramos los resultados a gran escala, pasar del uso directo de combustibles fósiles a la electricidad de fuentes renovables, traerá consigo ciudades más limpias, saludables y seguras, gracias a la reducción de los contaminantes locales.

Pero los beneficios no terminan aquí. Con una notable reducción de los costes, que hacen que la energía eólica y solar sean más baratas que la generada por combustibles fósiles en muchas regiones, la electricidad renovable de bajo coste puede reemplazar el uso directo de los combustibles fósiles en aquellos sectores donde se crea la principal causa de emisiones de gases de efecto invernadero. Es decir, en el transporte, donde los vehículos eléctricos son de tres a cinco veces más eficientes que los que usan un motor de combustión interna; en los edificios, ya que las bombas de calor consumen cuatro veces menos energía que las calderas de gasolina o gas; así como en la industria, ya que la intensidad energética disminuye significativamente gracias a la electrificación de los procesos industriales.

La electrificación de los usos finales exige tecnologías limpias en la generación de energía, principalmente una nueva capacidad eólica y solar, junto con la digitalización de la infraestructura, que juega un rol clave como factor habilitador. Esta transición hacia la electricidad limpia como principal fuente de energía puede ser combinada con la electrificación “indirecta” en el campo de algunas aplicaciones industriales, en el transporte marítimo y en la aviación, donde la electrificación directa no es aún una solución viable. En estos sectores, el hidrógeno verde generado mediante electrólisis producida a su vez por fuentes renovables puede ser una opción adecuada para reducir las emisiones.

La innovación tecnológica que permite la reducción de costes y la necesidad de abordar seriamente el cambio climático, están impulsando la transición hacia una sociedad más electrificada. La electrificación trae múltiples beneficios, que van más allá de la descarbonización. Asegura una mayor resiliencia del sistema energético y la seguridad del suministro de energía, al aumentar la estabilidad general del sistema y reducir la exposición geopolítica de los países altamente dependientes de la importación de energía. Además, la digitalización puede desplegar todo su potencial en el sector energético más que en otros ámbitos. Desempeña un rol clave para hacer que nuestra red sea más resistente, y, por lo tanto, apta para la penetración de las energías renovables, y para optimizar el consumo de energía al reducir los residuos. Los beneficios llegan a todas las partes interesadas: los ciudadanos se vuelven más conscientes de su consumo de energía al tiempo que el sistema eléctrico evoluciona hacia estándares de eficiencia más altos.

Para asegurarse de que los que toman decisiones, es decir, las familias y las empresas, sean alentados a elegir las mejores opciones económicas, serán clave políticas específicas un sistema tributario que reduzca la carga impositiva sobre la electricidad, así como la eliminación progresiva de los subsidios a los combustibles fósiles, junto con un marco de políticas que establezca procedimientos más fáciles para el despliegue de las energías renovables, apoyando la modernización y digitalización de las redes, y respaldando las inversiones tanto en infraestructura de carga de vehículos eléctricos como en la renovación eficiente de edificios.

En este escenario, el Pacto Verde de la UE sólo puede tener éxito si hay un claro compromiso con las soluciones realmente sostenibles. Mediante el paquete “Fit for 55”, la UE tiene la gran oportunidad de ejercer un rol prominente en la transición energética y para las soluciones verdes el apoyo político encaja perfectamente con las habilidades de ingeniería integradas en los grandes éxitos corporativos de Europa en industrias como la fabricación, la automoción, la generación de energía y la construcción.