“Fit for 55”: la UE en marcha hacia los objetivos climáticos y el crecimiento sostenible

“Fit for 55”: la UE en marcha hacia los objetivos climáticos y el crecimiento sostenible

El paquete “Fit for 55”provee a Europa todas las herramientas adecuadas para convertirse en el primer impulsor del mundo para lograr cero emisiones netas, pero será necesario reducir la burocracia e invertir en redes más inteligentes, flexibles y eficientes.

por Simone Mori, Director Europe de Enel
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La aceleración europea de la transición energética verde es el desafío de la década. Ha llegado el momento de convertir en realidad el Green Deal, y la Comisión Europea está al tanto.

Con la presentación del paquete legislativo “Fit for 55”, han comenzado oficialmente los 20 años europeos “verdes”, con el paquete climático que establece el plan para que la UE se convierta en el primer impulsor del mundo en lograr cero emisiones netas. Esto resultará en una transformación radical de la sociedad europea y su economía, lo cual no será una tarea fácil, pero a través del conjunto de propuestas legislativas transversales, Europa está dando un paso importante en la dirección correcta para cumplir sus ambiciosos objetivos climáticos mientras emprende una sólida estrategia de crecimiento.

Abordar el cambio climático implica una profunda transformación en nuestro modo de vivir, movernos y producir: los cambios serán tangibles en nuestras ciudades y caminos, y en nuestros hogares y oficinas. Las medidas “Fit for 55” representan un importante momento de transformación para Europa, siendo la electrificación limpia la parte principal.

El plan maestro ecológico de la UE incluye varias disposiciones para impulsar la electrificación. En primer lugar, recibimos con satisfacción el hecho de que se hayan fortalecido los objetivos de energías renovables y eficiencia energética con la propuesta de la Comisión Europea. Enel, como Renewables Super Major, ha pasado los últimos años invirtiendo fuertemente, tanto en la expansión de renovables como en la electrificación de uso final. Una mayor ambición en estos sectores, que son vitales para la reducción de emisiones, reforzará la posición competitiva de Europa e incentivará a la industria a realizar mayores cambios. Sin embargo, los procedimientos de obtención de permisos complejos, lentos, prolongados u opacos son una de las mayores barreras para el despliegue completo y rápido de las inversiones renovables. Con respecto a esto, lo que necesitamos urgentemente son condiciones uniformes y armonizadas para la autorización a nivel de la UE. Si Europa realmente quiere lograr el objetivo del 40% de energías renovables para 2030 y acelerar su futuro de energía limpia mientras crea cientos de miles de nuevos puestos de trabajo, deberá tomar medidas rápidas para obtener permisos reduciendo la burocracia a fin de fomentar las inversiones.

Desbloquear el potencial de las energías renovables también requiere de una red eléctrica que esté a la altura del desafío. Para lograr el objetivo “Fit for 55”, el 65% de la electricidad debe provenir de fuentes renovables para 2030, requiriendo la instalación de más de 500 GW de capacidad renovable en toda la UE, cerca del doble de la capacidad renovable actualmente instalada.

Según Bloomberg NEF, 65% de esta nueva capacidad estará conectada a las redes de distribución. Está bastante claro que este gran esfuerzo requiere importantes cantidades de innovación e inversiones adicionales en la modernización de la infraestructura de la red europea. Las redes del futuro serán más inteligentes, más flexibles y eficientes para aprovechar al máximo los nuevos desarrollos en energías renovables, eficiencia energética y movilidad eléctrica. Para ello, las inversiones en redes en Europa deberán cuadriplicarse, pasando de 12 800 millones de euros al año a 43 800 millones de euros al año.

Además de las energías renovables, la eficiencia energética será clave y la Comisión Europea parece tenerlo muy en cuenta en la reforma de la Directiva de eficiencia energética. Esto fomentará las inversiones en la renovación de todo tipo de edificios, volviéndolos más verdes y eficientes, y bajando los costes de energía en el mediano plazo.

Otro aspecto positivo del paquete concierne al transporte. De hecho la eliminación de los nuevos automóviles con motor de combustión para 2035, junto con los objetivos vinculantes para la expansión de las infraestructuras de carga a nivel nacional, podría ampliar la transición a la movilidad eléctrica de manera que sea igualmente rentable y beneficiosa para los fabricantes de automóviles, operadores de puntos de recarga y usuarios finales.

El paquete “Fit for 55” podría representar un incentivo para el desarrollo industrial europeo. Hay una herramienta política propuesta por la Comisión Europea, el Mecanismo de Ajuste de Fronteras de Carbono (CBAM, por sus siglas en inglés), que es útil para crear una igualdad de condiciones a nivel mundial y evitar que los objetivos de reducción de emisiones dañen la competitividad de las industrias de la UE. Por lo tanto, el mecanismo CBAM es importante para recompensar adecuadamente las tecnologías libres de carbono e impulsar las inversiones limpias incluso fuera de la UE.

Todos debemos esforzarnos para garantizar que la transición sea equitativa y justa para todos los actores involucrados. Los beneficios de largo plazo de la transición energética valen el esfuerzo, pero como toda transformación social, implica algunos costes iniciales tanto para las empresas como para los usuarios. Es por eso que la Comisión Europea ha planeado sabiamente el lanzamiento de un nuevo “Fondo Social de Acción Climática” que, junto con el Fondo para la Transición Justa, es otra valiosa herramienta financiera que ayudará a gestionar la transición y el cambio de los hogares hacia energías limpias.  

Para Europa, la transición energética representa una oportunidad de ahora o nunca para liderar la carrera climática aprovechando su experiencia tecnológica e industrial.

El paquete “Fit for 55” no solo es el plan maestro climático de Europa, sino también, y sobre todo, su plan de crecimiento sostenible. Si Europa lo logra, entonces otros pueden seguir su guía de gran alcance. El resultado final será una sociedad más resiliente, más avanzada y más limpia.