Impulsando un futuro de cero emisiones netas: transformando la red para acelerar la transición energética

Impulsando un futuro de cero emisiones netas: transformando la red para acelerar la transición energética

Antonio Cammisecra, director de División Global de Infraestructuras y Redes, participó recientemente en una mesa redonda organizada por The Economist, que ofreció una visión intrigante y optimista sobre las redes del futuro.

{{item.title}}

Antonio Cammisecra participó recientemente en una mesa redonda online que ofreció algunas ideas fascinantes sobre las redes del futuro hacia la transición energética. El evento, “Impulsando un futuro de cero emisiones netas: transformando la red para acelerar la transición energética”, que se realizó el 15 de junio, contó con el apoyo de Enel y fue organizado por The Economist, la revista semanal londinense. Fue moderado por Cailin Birch, economista global de la Economist Intelligence Unit (EIU), y contó con la presencia de Antonio Cammisecra, Tim Green, codirector del Energy Futures Lab del Imperial College de Londres, Erik Fairbairn, director ejecutivo y fundador de Pod Point, y Susann Stritzke, investigadora de las Universidades de Oxford y Loughborough.

Los temas tratados incluyeron la necesidad de mayores inversiones en infraestructura verde para respaldar el cambio del panorama energético, el enorme potencial de las nuevas tecnologías para adaptarse a un futuro sostenible, y la cara cambiante de la red eléctrica.

 

Mejora de la infraestructura energética

La industria energética se encuentra en una posición única al examinar su rol en la lucha contra la emergencia climática. Como resultado de la transición energética en marcha antes de la pandemia, además de ser un multiplicador económico con efectos indirectos sobre otras industrias, el sector se ha convertido en un actor clave en la recuperación de varias economías.

Incluso en las economías emergentes, la industria energética presenta una gran oportunidad para mejorar la infraestructura. Si bien el enfoque de las economías desarrolladas es descentralizar la infraestructura de la red, la cobertura limitada y el menor número de personas conectadas a la red de los mercados emergentes significa que pueden pasar directamente a soluciones más eficientes desde el punto de vista energético.

 

La transición a cero neto

El modelo actual de descarbonización de la industria tiene una tendencia positiva, con un consenso considerable en términos del camino hacia el cero neto.

Más programas locales sobre generación de electricidad y más oportunidades para que los pequeños actores del mercado puedan innovar y brindar más opciones al consumidor, cambiarán radicalmente el panorama de la electricidad en los próximos años. Cuando se trata de incentivar la innovación de organizaciones, tanto públicas como privadas, muchos actores de la industria tienen el potencial de acelerar la transición hacia el cero neto en la red de electricidad, en particular las nuevas empresas privadas.

Sin embargo, el crecimiento esperado en la demanda de electricidad requerirá un alto nivel de inversión para continuar con la exitosa descarbonización de la industria.

 

Un panorama energético cambiante

Oferta y demanda

El consumo global de electricidad se triplicará en la próxima década. Al mismo tiempo, las expectativas de los consumidores sobre las huellas de dicho consumo también están cambiando. La conciencia energética, y más consumidores conscientes del medioambiente, están llevando a decisiones más reflexivas sobre el consumo de energía de los productos que eligen comprar, una tendencia irreversible que hará que esta huella de energía verde sea un cambio permanente en nuestros sistemas energéticos.

Para adaptarse a esta triplicación de la demanda de electricidad, también se requieren cambios considerables en la infraestructura. Inevitablemente, hay una necesidad de mayor capacidad de generación verde para manejar este crecimiento. Ambos cambios requerirán el compromiso de digitalizar la red, allanando el camino para un uso más eficiente de la electricidad.

Si bien se espera que aumente el consumo, aún debe existir el objetivo de reducir el consumo de energía. Esta reducción se puede lograr, en particular, mediante innovaciones en la calefacción doméstica, como la adopción a gran escala de bombas de calor y la gestión inteligente de la energía en el mercado nacional. Dichos esfuerzos significan que el aumento de la demanda no es inevitable.

Una r(EV)olución

Una razón para el aumento esperado en la demanda se debe a la creciente adopción de vehículos eléctricos en los países desarrollados.

Un gran hito en la lucha contra la emergencia climática es alcanzar un punto de inflexión en la adopción de vehículos eléctricos. Sin embargo, el uso a gran escala de vehículos eléctricos también precipitará un gran cambio en la forma en que nuestra red eléctrica actual puede hacer frente al consumo.

Aparentemente, la pandemia ha acelerado la tendencia hacia los vehículos eléctricos, más que ralentizarla. Para dar un ejemplo, mientras que a comienzos de 2020 solo el 2% de los nuevos vehículos en el Reino Unido eran totalmente eléctricos, ahora hemos alcanzado un 8%. La confluencia de la equiparación de precios y las mejoras en la autonomía, han allanado el camino para una adopción más rápida de lo esperada, lo cual es muy alentador para el objetivo de adopción del 100% para 2030.

Sin embargo, para la red eléctrica, esto presenta su propio desafío. Un hogar que pasa de un motor de combustión interna a un vehículo eléctrico requiere el doble del consumo eléctrico de ese hogar. Sin embargo, de manera única, aunque algunos esperen una crisis de electricidad a medida que una gran afluencia de demanda llegue a la red en los próximos años, los vehículos eléctricos presentan una oportunidad para controlar la demanda de la red al recargar los 'canales' cuando el uso general de electricidad es bajo, como durante la noche.

 

De cara al futuro: desafíos clave

Existe una serie de desafíos, que aún no han sido resueltos, para resolver la transición hacia el cero neto.

Hábitos de consumo

Del lado del consumidor, un sistema de electricidad más descentralizado, en el que los consumidores son cada vez más recompensados por diferentes patrones de consumo de energía, requerirá un gran cambio de hábitos. Mientras que el actual sistema centralizado no requiere mucha previsión por parte del consumidor, los próximos cambios requerirán aún más compromiso con el consumidor, para alentar el autoconsumo de electricidad o, de hecho, más compromiso local, como el comercio de la electricidad entre pares o los programas de almacenamiento local de energía.

Almacenamiento estacional

¿Cuál es la próxima gran innovación necesaria para impulsar la agenda de la digitalización en la industria energética? Si bien el uso de energías renovables y la digitalización tienen caminos claros hacia el éxito, la pieza final del rompecabezas es el almacenamiento de energía a largo plazo. Por difícil que resulte, es probable que dicho almacenamiento sea necesario en los países donde la capacidad de generación de energía renovable, así como su uso, fluctúan significativamente requiriendo un almacenamiento más prolongado del que pueden brindar las baterías.

De cara al futuro: imaginando un nuevo panorama energético

Si bien persisten los desafíos, las soluciones tecnológicas actuales que allanan el camino hacia el cero neto, ni siquiera estaban en desarrollo 15 años atrás, dando la esperanza de que las nuevas soluciones que se están explorando producirán resultados en un futuro cercano. No debemos basar demasiado nuestra estrategia energética en los patrones de consumo actuales. El desarrollo de viviendas de energía cero y energía adicional en muchas partes de Europa, podría reducir la necesidad de una enorme creación de capacidad en la forma actualmente prevista. Si bien se requiere mucha planificación integrada para que las viviendas de energía cero se generalicen, ya se están comenzando a adoptar.