Una tecnología verde para combatir la erosión del suelo

Una tecnología verde para combatir la erosión del suelo

Utilizar plantas con raíces profundas, que se adaptan a todo tipo de suelo y de clima, para evitar fenómenos de erosión. Es una innovación absolutamente natural que Enel está probando en sus instalaciones con resultados extremadamente prometedores.

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Cada vez con mayor frecuencia, dirigir la mirada hacia la naturaleza, comprender cómo funcionan los ecosistemas, es una intuición importante para identificar soluciones innovadoras y sostenibles. Y es con este espíritu que Enel ha decidido abordar el problema de la erosión del suelo y de la inestabilidad hidrogeológica –un proceso que se produce cada vez más a causa de la deforestación, la edificación excesiva y la urbanización– gracias a una “tecnología” absolutamente natural.

Laderas, terraplenes de carreteras o ferroviarios, márgenes de ríos y de arroyos, áreas degradadas, canteras, minas y vertederos son los lugares típicos donde se manifiestan las consecuencias de la erosión, un fenómeno que corre el riesgo de empeorar por el cambio climático y por los eventos meteorológicos extremos.

Pero estas situaciones también pueden presentarse en los sitios de las plantas de energía renovable, porque si bien todas las obras de construcción se llevan a cabo teniendo en cuenta las condiciones del terreno, es probable que se produzcan cambios en el tiempo. Por esta razón, Enel Green Power está probando una nueva solución antierosión que, en realidad, es antigua y totalmente natural. Se trata de una mezcla de semillas de plantas herbáceas de raíces profundas que pueden llegar a 4-5 metros de longitud. Son plantas resistentes a la sequía, capaces de adaptarse a cualquier tipo de terreno, con diferentes grados de acidez y para diferentes tipos de clima, con temperaturas que pueden varias de -40ºC a +60ºC. No son herbáceas invasoras y pueden capturar una cantidad de dióxido de carbono cuatro veces mayor en comparación con otras plantas.

 

Una innovación natural

Este “invento” natural y sostenible, que no utiliza geopolímeros, técnicas o productos típicos de la ingeniería hidráulica tradicional, pertenece a una empresa italiana que ha elegido llamarse con un nombre evocador: Prati Armati®.

Las semillas de las plantas herbáceas se seleccionan cuidadosamente según el terreno donde serán utilizadas y teniendo en cuenta su compatibilidad con la flora local. Echan raíces fácilmente gracias a la forma en que se siembran: de hecho, se “rocían” en el suelo dentro de una solución acuosa, que actúa como una especie de pegamento natural.

“Innovar también significa transferir soluciones de un ámbito a otro, generando conexiones virtuosas entre sectores que, aparentemente, son muy diferentes”, dice Nicola Rossi, director de Innovación de EGP. “Gracias a esta experiencia, estamos vinculando soluciones agronómicas innovadoras con la generación eléctrica, con el objetivo de validar nuevas metodologías totalmente green que puedan integrar mejor nuestros activos renovables en el territorio”.

Ya la utilizamos en 2018 para un caso particular: contrarrestar la erosión en el parque eólico de Maida, en Calabria (Italia), pero el equipo de innovación ha identificado nuevos desarrollos para pruebas desafiantes en Italia y en España. El éxito de estas pruebas podría abrir nuevos escenarios que se podrían adoptar a nivel grupal.

Esta solución minimiza los riesgos asociados a la inestabilidad hidrogeológica, estabiliza taludes caracterizados por posibles desprendimientos, preserva la biodiversidad y también resguarda, gracias al llamado phyto capping, áreas contaminadas, aislando materiales o suelos contaminados del ambiente externo y de las aguas meteóricas.

Por último, otra ventaja tiene que ver con una tecnología que no requiere mantenimiento. Las plantas no se tienen que cortar, crecen en profundidad pero no particularmente en altura y, además, pueden convertirse en pasto para el ganado, sin la necesidad de nuevas siembras.