Día Mundial del Agua 2022: ahorro hídrico para garantizarle agua a todo el mundo

Día Mundial del Agua 2022: ahorro hídrico para garantizarle agua a todo el mundo

Son muchas las iniciativas de Enel para reducir el desperdicio de agua, hacer más eficientes las instalaciones energéticas y eliminar las desigualdades en el mundo en el acceso a los recursos hídricos.

{{item.title}}

El Día Mundial del Agua, que se celebra el 22 de marzo de cada año, quiere llamar la atención a nivel mundial sobre un recurso tan precioso como esencial para la vida misma. La correcta gestión del agua representa un objetivo y un reto que ya no puede esperar, también por el cambio climático que deja cada vez más regiones de nuestro planeta en condiciones de escasez de agua o sequía. Efectivamente, las posibilidades para optimizar el consumo de agua son muchas: desde la recuperación de las aguas residuales y de desecho hasta la mejora de los sistemas de abastecimiento de agua, pasando por soluciones energéticas sostenibles y comportamientos responsables por parte de ciudadanos y empresas.

 

El agua es un recurso cada vez más limitado

En 2010, el derecho al agua fue reconocido por la Asamblea general de la ONU como un derecho fundamental, al igual que la libertad y la seguridad. A menudo, muchas personas, sobre todo en los países más ricos, consideran al agua como un recurso ilimitado, o en cualquier caso inagotable, pero no es así: la sequía y los eventos climáticos extremos causados por el calentamiento global están resaltando aún más este problema. En los últimos 100 años el uso del agua a nivel global ha aumentado hasta 6 veces, y continúa creciendo debido al aumento de la población, en paralelo con las exigencias energéticas. A todo esto, se suma el aumento del consumo en algunas zonas del mundo a causa de las actividades agrícolas y la ganadería intensiva.

De acuerdo con la ONU, para 2030 podría producirse una reducción del 40% de los recursos hídricos, y esto hace aún más cruciales las propuestas de sensibilización como el Día Mundial del Agua, porque las acciones de cada uno pueden marcar la diferencia. 

 

Invertir para mejorar la eficiencia de las centrales

El Grupo Enel también está directamente involucrado en el desafío de ahorrar agua, principalmente, produciendo energía eléctrica con la menor cantidad de agua posible. En este contexto se enmarca el proyecto WaVE (Water Value Enhancement), dirigido a conocer los procesos hídricos de todas las centrales de producción de energía renovable.

Concretamente, se han identificado 66 inversiones diferentes, diseñadas en detalle a través de estudios de factibilidad y análisis de beneficios en términos de recursos y eficiencia. La mayor parte de las inversiones se han planteado en las regiones que sufren estrés hídrico, es decir, donde los recursos de agua son escasos y se necesita reducir los desperdicios. El proyecto WaVE también promueve la reutilización de las aguas residuales y la depuración de las aguas del mar, que pueden sustituir el agua dulce donde sea posible. Todo esto es gracias a la innovación tecnológica y a los sistemas de inteligencia artificial que garantizan sistemas automatizados de gran rendimiento.

La otra macroárea de intervención del Grupo Enel es su adhesión a la iniciativa global SWA (Sanitation and Water for All – Saneamiento y agua para todos), con la que se quiere eliminar –si no reducir– las desigualdades al acceso al agua y a los servicios higiénicos sanitarios básicos que existen entre varios países. Un desafío muy ambicioso que asumen muchas partes interesadas, tanto públicas como privadas. En conformidad con los principios de la ONU, se pretende garantizar a todas las personas el derecho a acceder a los recursos hídricos esenciales para asegurar una calidad de vida suficiente, posible solamente a través de una reorganización de las políticas gubernamentales y las inversiones, adaptando centrales e infraestructuras a un modelo de consumo más eficiente.

 

De la recuperación de las aguas residuales a los sistemas de ahorro de agua

Aprovechando las innovaciones tecnológicas, es posible hacer más eficientes las centrales de producción energética sostenible que utilizan directa o indirectamente el agua. En este sentido, un ejemplo virtuoso es la central de San Isidro, en Chile, donde se implementó un sistema de recuperación de agua de las torres de evaporación y de los residuos de los procesos industriales. De esta manera, se produce un gran ahorro en la utilización de agua y, además, se promueve la economía circular a través de la reutilización de los materiales desechados. 

El compromiso es, principalmente, en las regiones del planeta donde hay más escasez de agua y donde se necesitan acciones concretas para gestionar el estrés hídrico. En el distrito de Moquegua en Perú, utilizando un software inteligente capaz de medir la pérdida de eficiencia de los paneles fotovoltaicos, se mejoró el sistema de limpieza de la central. El lavado se efectúa en seco, utilizando cepillos mecanizados que se ponen en marcha al bajar la producción de energía. Eso determina una reducción del uso del agua, puesto que el lavado completo de los paneles se efectúa solamente una vez al año

Otra iniciativa se lleva a cabo en uno de los lugares más áridos del mundo, el desierto de Atacama en Chile. Aquí, debido a la enorme cantidad de polvo y detritos, hace falta limpiar con gran frecuencia los paneles fotovoltaicos para evitar pérdidas de eficiencia de la central. Por esto pensamos que, en lugar de utilizar el agua, se podían inclinar los paneles a 45° cuando no hubiese luz solar, aprovechando así la humedad nocturna. Fue todo un acierto, porque esta solución permitió reducir el consumo de agua sin pérdidas de producción energética.

Los ejemplos virtuosos capaces de promover una utilización sostenible del agua son realmente muchos y, en todo contexto, es posible adoptar sistemas o medidas para reducir los desperdicios. En España, por ejemplo, las aguas residuales de una planta de tratamiento municipal se reutilizan para alimentar un sistema de eliminación de los óxidos de nitrógeno. Mientras que en Panamá, la innovación permitió pasar del lavado manual de los paneles solares al lavado automatizado, ahorrando el 67% de agua.