Principios y ventajas de la agricultura regenerativa

Principios y ventajas de la agricultura regenerativa

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Las cadenas alimentarias mundiales, la competencia de los mercados y los procesos industriales han aumentado considerablemente la productividad del sector agrícola, pero los retos medioambientales y de sostenibilidad siguen siendo grandes. En efecto, la agricultura contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, libera herbicidas, fertilizantes y pesticidas en el medioambiente y consume grandes cantidades de agua.

Por tanto, es necesario seguir replanteándose los sistemas agrícolas y alimentarios para hacerlos cada vez más resilientes y sostenibles, pero ¿cómo? Una respuesta posible podría ser la agricultura regenerativa, cuyo objetivo es racionalizar los recursos: hacer mejor, con menos. Alimentar a las plantas correctamente, sin empobrecer los suelos sino regenerándolos, reduciendo las emisiones y el impacto en la biodiversidad.

Puede parecer un reto imposible, pero no lo es. De hecho, hay muchos ejemplos en los que la agricultura regenerativa ha conseguido dar un giro al consumo generalizado de recursos naturales provocado por la agricultura industrial, combinando las buenas prácticas del pasado con los conocimientos científicos modernos. Veamos en detalle en qué consiste.

 

La agricultura regenerativa se basa en cuatro principios

  1. En primer lugar, se propone regenerar el suelo, adoptando prácticas que puedan aumentar su fertilidad y limitar su erosión, especialmente en las colinas y montañas, eligiendo prácticas científicas innovadoras y, al mismo tiempo, valorizando las especificidades y los cultivos locales.
  2. Luego, apunta a regenerar los ecosistemas y la biodiversidad, reduciendo la contaminación medioambiental debida al uso de productos químicos sintéticos, valorizando los residuos agrícolas de la zona, gestionando eficazmente el agua y los recursos agroforestales y silvopastoriles.
  3. También hace hincapié en la regeneración de las relaciones entre los seres vivos, la dignidad de las personas y los animales, y el fomento de las relaciones de trabajo e intercambio basadas en la protección de los derechos y la transparencia.
  4. Por último, pero no menos importante, es la regeneración del conocimiento: es importante promover el conocimiento como un bien colectivo en continua transformación y evolución, para adquirir y transmitir en una dimensión de apertura.

 

Las técnicas de la agricultura orgánica y regenerativa

La agricultura regenerativa utiliza técnicas bien conocidas por las generaciones pasadas.

  • Este es el caso de la rotación de cultivos: el cultivo intensivo de las mismas especies vegetales hace que el suelo pierda sus propiedades. Por tanto, al recuperar esta técnica, se pueden elegir variedades de plantas capaces de enriquecer el suelo con los minerales consumidos por el cultivo anterior.
  • El continuo estrés mecánico y químico del suelo no hace más que limitar su fertilidad con el paso del tiempo. Es mejor adoptar un trabajo reducido del suelo, evitando el arado demasiado profundo, las pasadas repetidas por los campos con maquinaria o el arranque de plantas silvestres.
  • Según la agricultura regenerativa, el suelo nunca debe quedarse sin plantas: la cobertura vegetal es, por tanto, fundamental. Se fomenta el uso de prácticas como el abono verde, que es el cultivo de ciertas especies herbáceas para promover la fertilidad del suelo.
  • Luego, por supuesto, la reducción de los residuos es muy importante. Se intenta recuperar la mayor cantidad de agua de lluvia posible, los excedentes de las cosechas se utilizan para alimentar al ganado y la fertilización se realiza, por ejemplo, con abonos orgánicos recuperados de la producción ganadera, alimentando así la economía circular.


Pero si hay ayuda del pasado, también existe la posibilidad de desarrollar sistemas de cultivo ambientalmente sostenibles mediante la innovación tecnológica. En este marco, cobran importancia actividades como el uso de imágenes satelitales para la teledetección del estado sanitario de los cultivos, mediante el tratamiento de índices como el vigor, el estrés hídrico o el nivel de clorofila. Además, existen modelos predictivos que pueden optimizar el uso de los insumos –por ejemplo, el agua– tras procesar los datos ambientales, y que permiten aplicar intervenciones específicas.

 

Los beneficios para el suelo, la biodiversidad y el planeta

La agricultura regenerativa permite:

  • restablecer la fertilidad del terreno, aumentando significativamente el carbono orgánico disponible en el suelo y sus componentes de nitrógeno;
  • reforzar las estructuras del suelo y de las raíces de las plantas, limitando así la erosión y disminuyendo la probabilidad de que se produzcan acontecimientos medioambientales catastróficos;
  • aumentar la biodiversidad local, no solo recuperando los cultivos olvidados, sino también fomentando el crecimiento espontáneo de las especies locales y la vida animal salvaje;
  • eliminar la contaminación química del suelo, las aguas subterráneas y el aire, dejando de utilizar fertilizantes y pesticidas químicos;
  • aumentar la calidad de las variedades cultivadas, gracias a un suelo más fértil y a condiciones óptimas de cultivo;
  • reducir el desperdicio de agua y las emisiones de gases de efecto invernadero, con grandes beneficios para el planeta;
  • crear empleo local en una economía virtuosa que permita a toda la comunidad beneficiarse de las actividades agrícolas.

 

Agricultura y cambio climático

La agricultura tiene un vínculo muy fuerte con el cambio climático porque emite y absorbe gases de efecto invernadero. Según el Informe Especial sobre el Cambio Climático y la Tierra de 2019 del IPCC, «la agricultura, la silvicultura y otros tipos de uso de la tierra representan el 23 % de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas.

Al mismo tiempo, los procesos naturales de la tierra absorben una cantidad de dióxido de carbono equivalente a casi un tercio de la cantidad emitida por los combustibles fósiles y la industria».

El secuestro de carbono se produce porque cada planta absorbe el dióxido de carbono del aire y, con la ayuda de la luz solar y el agua, realiza la fotosíntesis, convirtiéndolo en azúcares que se liberan en el suelo. Estos azúcares alimentan a los microorganismos que, a su vez, convierten el carbono en formas más estables.

 

La importancia del «sistema suelo»

Se calcula que hasta el 80 % del carbono orgánico total de la biosfera terrestre, excluyendo los combustibles fósiles, se almacena en el suelo, mientras que el 20 % restante queda en la vegetación.

Por tanto, estamos hablando de un enorme depósito, o carbon sink, que podría suponer una gran ayuda para secuestrar el carbono presente en las emisiones de los combustibles fósiles y la industria.

Sin embargo, esta última función está en peligro por el cambio climático y la sobreexplotación del suelo: precisamente por eso, la agricultura regenerativa podría ser una respuesta válida.

 

Los efectos de la crisis climática en la productividad agrícola

Los ingredientes para un buen cultivo son la cantidad y la calidad adecuadas del suelo, el agua, la luz solar y el calor.

La crisis climática, con el aumento de las temperaturas, ya ha afectado la duración de la temporada de cultivo en varias partes de Europa.

Mientras que la Europa septentrional podría beneficiarse de la ampliación de la temporada de cultivo, que junto con el aumento de las temperaturas también ofrece la oportunidad de cultivar nuevas cosechas, en la Europa meridional las olas de calor extremas y la reducción de las precipitaciones y del agua disponible afectarán negativamente la productividad agrícola.

La variabilidad de la producción será cada vez mayor a medida que pasen los años, debido a fenómenos meteorológicos extremos y a otros factores como la propagación de plagas y enfermedades.

 

Mercados globales, demanda global, calentamiento global

Según un análisis publicado en 2021 en la revista Nature Food, que examinó los resultados de 57 estudios publicados entre 2000 y 2018, es probable que la demanda de alimentos aumente entre un 35 % y un 56 % entre 2010 y 2050.

¿Cómo podemos satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos reduciendo el impacto medioambiental de la producción y el consumo de estos productos en Europa?
Es impensable reducir la producción de alimentos: la Unión Europea es uno de los mayores productores del mundo, y cualquier reducción pondría en peligro la seguridad alimentaria y contribuiría al aumento de los precios de los alimentos a nivel mundial.

Por otra parte, el aumento de la producción no puede basarse en un mayor uso de fertilizantes nitrogenados, ya que estos, a su vez, emiten óxido nitroso, que alimenta el cambio climático.

Asimismo, no se puede ver la solución en un mayor consumo del suelo, ya que tendría consecuencias para el medioambiente y el clima. En Europa, las zonas más adecuadas para la agricultura ya están ampliamente cultivadas: la tierra fértil es un recurso limitado tanto en nuestro país como en el resto del mundo. La conversión de zonas boscosas en tierras agrícolas tampoco es una solución, ya que este proceso es una fuente de emisiones de gases de efecto invernadero; la deforestación pone en peligro la biodiversidad, reduciendo aún más la capacidad de la naturaleza para adaptarse al cambio climático.

 

Huella alimentaria y responsabilidad individual

Es bastante común pensar que, como individuos, podemos hacer poco por el medioambiente o, en todo caso, tendemos a atribuir el peso del cambio a otras cosas, externas y más grandes. En cambio, es importante darse cuenta de cómo las propias elecciones cotidianas, incluida la alimentación, pueden influir progresivamente en el desarrollo, el crecimiento y el bienestar de toda la comunidad.

Las calculadoras de la huella alimentaria, la «huella» generada en el planeta por lo que comemos, pueden ayudarnos a comprender el alcance del impacto de nuestras elecciones alimentarias.

Earthday.org sugiere algunas herramientas –en inglés– para calcular tu huella alimentaria:

  • BBC Climate Change Food Calculator permite asociar las emisiones de gases de efecto invernadero con cada alimento consumido, en comparación con los kilómetros de conducción, la calefacción de una casa y el consumo de agua –equivalente al número de duchas– o el consumo de tierra –expresado en canchas de tenis–.
  • Eat Lower Carbon compara la huella de carbono de diferentes comidas y pone a prueba los conocimientos sobre alimentos comunes.
  • Food Carbon Emissions Calculator ofrece un enfoque completo para calcular la huella alimentaria, teniendo en cuenta el transporte, los residuos y la cantidad comprada.
 

Ejemplos y proyectos de agricultura regenerativa

En el mundo

  • A nivel mundial, el proyecto Global Soil Partnership de la FAO tiene como objetivo promover el establecimiento de políticas inclusivas y de gobernanza del suelo a través de la inversión en la gestión del suelo y de programas eficaces de educación y divulgación, para minimizar una mayor degradación del suelo mediante el restablecimiento de su productividad, y para estabilizar las reservas mundiales de materia orgánica del suelo.
  • Big Tree Farms, en Bali (Indonesia), produce y exporta alimentos ecológicos elaborados con coco, cacao y anacardos. El objetivo de la empresa es inspirar un cambio positivo en la cadena de suministro creando productos alimentarios innovadores y saludables que, además, beneficien a las economías locales, los ecosistemas y los agricultores, mitigando el cambio climático y promoviendo la agricultura regenerativa.
  • A nivel europeo, existe la iniciativa de la EIT (European Innovation Technology) Food, llamada Regenerative Agriculture Revolution. Se trata de una serie de actividades con el objetivo de ayudar a los agricultores y a las empresas agroalimentarias a adoptar prácticas más regenerativas y a concienciar sobre los importantes beneficios para la salud, el medioambiente y la economía del consumo de alimentos producidos de forma más ecológica.
  • En la estepa semiárida del Altiplano Estepario, en el sur de España, el agua es escasa y las condiciones climáticas son extremas. En 2014, Commonland movilizó a agricultores, empresarios y otros sectores locales interesados, y se embarcó en una ambiciosa iniciativa de restauración de tierras secas a gran escala para detener la desertificación y la erosión y restablecer la prosperidad mediante prácticas agrícolas regenerativas.
  • El grupo de trabajo de la Deafal, denominado AOR –Agricultura Ecológica y Regenerativa–, está formado por expertos en los sectores económico, medioambiental, agronómico y veterinario y ofrece iniciativas de formación e información. Deafal (Delegación Europea de Agricultura Familiar de Asia, África y América Latina) es una ONG que trabaja en el ámbito del desarrollo rural promoviendo la protección del medioambiente, la conservación de la biodiversidad, la capacitación y el desarrollo humano en países del sur y el norte del mundo.

 

En Italia

  • En Italia, Enel Green Power está probando una nueva solución antierosión absolutamente natural: una mezcla de semillas de plantas herbáceas de raíces profundas, resistentes a la aridez y muy adaptables, pero no invasivas, capaces de capturar hasta un 400 % más de dióxido de carbono que otras plantas. Estas semillas, cuidadosamente seleccionadas en función de la zona donde se van a sembrar, contrarrestan los mecanismos de erosión del suelo que podrían afectar a los emplazamientos de las plantas de energías renovables y limpias.
  • Gracias a una asociación con el instituto Rodale, una organización estadounidense sin ánimo de lucro que se ocupa de la agricultura regenerativa, el grupo Davines ha construido en Parma el primer centro internacional de formación e investigación en el ámbito de la agricultura orgánica regenerativa: el European Regenerative Organic Center.