La mayor conquista de la humanidad

La mayor conquista de la humanidad

El 10 de diciembre se celebra el Día de los Derechos Humanos: principios fundamentales reconocidos en 1948 por las Naciones Unidas y tomados como modelo inspirador para la política de Enel.

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¿Cuál ha sido el día más significativo de los últimos cien años? Puede que algunos respondan que la caída del muro de Berlín, otros el ataque a las Torres Gemelas, los amantes de la ciencia quizás digan que la llegada a la Luna o el comienzo de la era espacial con el lanzamiento del satélite artificial Sputnik.

Los últimos cien años han registrado numerosos eventos que han marcado la historia de la humanidad.

Entre estos, el 10 de diciembre de 1948, unos pocos años después del fin del segundo conflicto mundial, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el primer y más importante instrumento de protección de los derechos humanos a nivel mundial y la base de muchas conquistas y batallas políticas, económicas y sociales del siglo XX. Para recordar aquel día tan memorable, el 10 de diciembre de cada año se celebra el Día de los Derechos Humanos.

 

El documento más traducido

La Declaración incluye 30 artículos breves más un preámbulo, con un total de diez páginas que representan el progreso más significativo de la humanidad ya que “proclama los derechos inalienables de los que cada persona es dueña en calidad de ser humano”. El artículo 1 inicia con una frase que, por sí sola, resume siglos de conquistas, eliminando prejuicios y discriminaciones. “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.

La Declaración, como certifica el Libro Guinness de los récords, es el documento más traducido en todo el mundo: un dato coherente con su misión de carácter universal. Se inicia, en orden alfabético, con el a’ingae, hablado en Ecuador y Colombia, y con el abjasio de Georgia, hasta llegar al zulú del África meridional.

Para los amantes de las curiosidades, cabe destacar que no faltan las lenguas artificiales, como el Esperanto, el ido y el interlingua, y existen diferentes versiones en la lengua de signos. Incluso, hay una versión en idioma manés de la isla de Man, que hasta hace poco estaba considerado como una lengua muerta. La última traducción en orden cronológico se publicó el 10 de octubre de 2022: se trata del idioma krung, hablado por 59 000 personas entre Camboya y Laos.

 

En la base de los valores fundamentales para un progreso sostenible

A lo largo del tiempo, la Declaración se ha acompañado por otros dos documentos con los que se compone el llamado International Bill of Human Rights, el corazón de todas las fuentes de derecho internacional posteriores en materia de derechos humanos. Se trata de la Convención sobre los Derechos Civiles y Políticos y de la Convención sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1966 y caracterizadas por ser mucho más detalladas con respecto a la Declaración Universal.

Las empresas que aspiran a un progreso sostenible se enfrentan al reto de integrar en su práctica empresarial el respeto de los derechos humanos.

El documento público que establece nuestro compromiso en este sentido es la Política De Derechos Humanos, adoptada en el año 2013 y actualizada en 2021: una lista de principios que refuerza y amplía los compromisos ya presentes en el Código Ético, el Plan de Tolerancia Cero a la Corrupción y los Modelos de prevención de riesgos vinculados a la responsabilidad penal de la empresa.

Además del ya mencionado Internacional Bill of Human Rights, los principales estándares internacionales de referencia en los que se inspira nuestro compromiso son el marco de las Naciones Unidas “Proteger, Respetar, Remediar”, descrito en las directrices sobre empresas y derechos humanos, las directrices destinadas a las empresas multinacionales de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), las convenciones fundamentales de la Organización del Trabajo (ILO) y los 10 principios del Pacto Global.

 

Nuestra Política: prácticas laborales

Los principios de nuestra Política se dividen en dos secciones. La primera, está dedicada al respeto de los derechos humanos en las prácticas laborales, a la promoción de la diversidad, la inclusión, la igualdad de trato y de oportunidades, la garantía de que las personas reciban un trato digno y que se las evalúe por su carácter único, tanto si forman parte de la empresa como de la cadena de valor en la que trabajamos.

También insistimos en el tema de la salud, la seguridad y el bienestar psicológico, relacional y físico de las personas, que es necesario tutelar en cualquier momento de sus vidas, tanto en el trabajo como en casa y durante su tiempo libre.

Por último, fomentamos el diálogo entre la empresa, los trabajadores y sus representantes, y favorecemos una amplia participación y el común acuerdo en las estrategias empresariales, además de considerar la negociación colectiva como el instrumento privilegiado para determinar las mejores condiciones contractuales.

 

Comunidad y sociedad

La segunda sección trata sobre los principios y los valores que inspiran la modalidad con la que interactuamos con personas, empresas y la sociedad en su conjunto en las zonas en las que el Grupo está presente y que van desde las regiones más industrializadas hasta las zonas rurales.

Somos conscientes de que las condiciones individuales, el desarrollo económico y social y el bienestar general de las sociedades están estrechamente relacionados; por tanto, las relaciones responsables con las comunidades en las que trabajamos constituyen un pilar fundamental de nuestra estrategia, teniendo en cuenta las diferencias locales.

Además, también sabemos que la comunicación empresarial es cada vez más esencial: nuestro compromiso se dirige, por una parte, a estipular contratos lo más transparentes posibles con nuestros clientes, y por otra parte, a comunicar de manera eficaz nuestras actividades a todas las personas interesadas.

Del mismo modo, en el marco de las normativas nacionales individuales, protegemos la privacidad de las personas: un elemento que está adquiriendo más y más importancia en nuestra sociedad, cada vez más conectada e interconectada.

Sin olvidar que la tolerancia cero hacia la corrupción en todas sus formas forma parte del respeto de los derechos humanos.

Por último, el medioambiente: los cambios climáticos actuales representan un reto a nivel mundial, incluso en el sector de los derechos humanos.

Reconocemos que su protección, y también la de los recursos naturales, son factores estratégicos en la planificación, el ejercicio y el desarrollo de nuestras actividades. Esto último se ajusta con nuestra política ambiental y, además, incluye el respeto de la biodiversidad. Nuestro compromiso en este sector abarca dos caminos diferentes: la transición hacia un sistema de generación eléctrica con cero emisiones, el paso a la electrificación en sectores clave como los transportes y la calefacción, la reducción del consumo de recursos con un enfoque circular y la promoción de conductas sostenibles por parte de todos y todas.

 

Una responsabilidad de todos

Una vez definidos los principios, es necesario integrarlos en los procesos empresariales y realizar un seguimiento para comprobar que las medidas adoptadas sean las adecuadas, desde una perspectiva de mejora continua, con el fin de identificar posibles problemas y tomar las medidas necesarias para prevenirlos o minimizarlos. Dichos principios se refieren a todas nuestras relaciones de negocios, tanto con proveedores como con socios comerciales y financieros.

Además, existe un sistema activo con el que todos nuestros stakeholders tienen la posibilidad de notificar posibles violaciones de los principios de la Política. Se trata de un mecanismo previsto por los estándares internacionales de referencia, que va de la mano con el proceso de seguimiento para permitir a las empresas poner en práctica las medidas de corrección necesarias.

De este modo, podemos llevar a cabo de forma eficaz una supervisión continua, para que la protección de los derechos humanos se convierta en un ejercicio cada vez más cotidiano.