Extreme E, la carrera por el planeta

Extreme E,
la Carrera por el Planeta

Enel es patrocinador de Extreme E, la competición todoterreno entre SUV eléctricos creada no solo para promover la sostenibilidad y la innovación en las carreras de coches, sino también para dar a conocer las tecnologías que contribuyen a combatir el cambio climático y el papel crucial de la electrificación.

Eléctrico, emocionante, sostenible, pero también innovador e integrador. Este es el desafío todoterreno entre SUV eléctricos de Extreme E, la competición automovilística nacida en 2021 y que ya va por su tercera temporada, capaz de combinar deporte, aventura, innovación y sostenibilidad: una mezcla en la que la electrificación juega un papel estratégico, como factor facilitador para revolucionar el mundo del automovilismo. Es con esta idea que, como Grupo, apoyamos el evento deportivo desde su primera edición: el objetivo es sensibilizar sobre la lucha contra el cambio climático y, al mismo tiempo, crear conciencia sobre las soluciones tecnológicas sostenibles que nos permiten construir un futuro de Emisiones Cero

La Extreme E, de hecho, no es simplemente una carrera todoterreno con los SUV eléctricos como protagonistas, sino que simboliza la «Carrera por el planeta»: un viaje en el que es posible descubrir algunos de los lugares más remotos y salvajes de la Tierra, especialmente sensibles a los efectos de la crisis climática, y ver en acción tecnologías innovadoras que pueden reducir las emisiones de carbono y contrarrestar los efectos del calentamiento global. Soluciones destinadas a hacer más eficientes las baterías de los coches eléctricos y a optimizar su recuperación y reutilización, a mejorar y agilizar los sistemas de recarga y a facilitar la producción y distribución de energía procedente de fuentes renovables en las sedes de las competiciones. Todas ellas son innovaciones que, trasladadas a la vida cotidiana, permiten acelerar la electrificación del consumo energético al tiempo que se reducen las emisiones contaminantes.

Pero hay más: la fuerza motriz de la competición pretende promover la cultura de la sostenibilidad en todos sus aspectos, desde el medioambiente hasta las personas, con acciones concretas en materia de preservación de la tierra, inclusión de la comunidad e igualdad de género.

 

Un formato extremadamente sostenible

Las carreras Extreme E se basan en los principios de sostenibilidad, empezando por el compromiso de minimizar la huella de carbono del evento. ¿Cómo? Apostando por las energías renovables y la electrificación de todo el consumo energético: 10 equipos compiten conduciendo un Odyssey 21, el SUV 100 % eléctrico. Cada uno de los coches tiene una batería de 400 kW con una potencia de 550 CV y puede pasar de 0 a 100 km/h en solo 4,5 segundos. 

Enel X Way, como Official Smart Charging Partner, sale al campo con sus infraestructuras de recarga rápida e inteligente, las JuicePump 40 Race Edition, desarrolladas especialmente para la competición. 

Y luego está el St. Helena: un antiguo carguero de pasajeros del Royal Mail, completamente reformado y hecho sostenible, que es el «cuartel general» flotante de Extreme E. El buque se utiliza para transportar todas las mercancías e infraestructuras del campeonato, incluidos los vehículos, al puerto más cercano en cada una de las cinco sedes de la carrera, minimizando así el perfil de emisiones del evento. Los motores del St. Helena se han modernizado para utilizar gasóleo marino de bajo contenido en azufre, mientras que las hélices y el casco se han diseñado para minimizar la fricción y hacer que el buque sea más eficiente en términos de CO2. Además, lo que antes era la piscina se ha sustituido por un laboratorio científico futurista, que permite realizar actividades de investigación durante las travesías. Este último proyecto se ha realizado con la colaboración científica de la Fundación Enel. Otro tema central de la competición es la concienciación sobre la protección del medioambiente: el campeonato se disputa en 5 áreas geográficas, cada una de las cuales será sede de 2 carreras, por un total de 10 competiciones. Cinco X-Prix en rutas todoterreno en contextos con características medioambientales extremas, particularmente afectados por el cambio climático: zonas desérticas, como la que rodea Calama, ciudad situada en la región de Antofagasta, Chile. Una antigua mina de carbón, que en la edición 2023 lleva por primera vez la Extreme E a Escocia, en el condado de Dumfries & Galloway. Y, nuevamente, en el sur de Cerdeña, Italia, donde por tercera vez se correrá el Island X-Prix en Capo Teulada, el extremo sur de la isla. Una de las etapas, que podría tener lugar en una zona central de Estados Unidos o en la Amazonia brasileña, está aún por definirse. 

La elección de estos lugares llama la atención sobre la fragilidad de los ecosistemas y los riesgos medioambientales vinculados a la actividad humana y al cambio climático. Y con vistas a reducir el impacto medioambiental, cada equipo solo puede estar formado por siete personas (dos pilotos, un ingeniero y cuatro mecánicos) y la presencia del público también es limitada, lo que garantiza una amplia participación a través de la cobertura mediática y la interacción en las redes sociales y la web. 

Pero la sostenibilidad no solo tiene que ver con el medioambiente, sino también con la igualdad de oportunidades, la inclusión y la igualdad de género. Por eso, cada equipo está formado por dos conductores, un hombre y una mujer, que se turnan al volante de los Odyssey 21 según el orden decidido por el equipo. Una forma de promover la igualdad de género y fomentar la inclusión y el empoderamiento femeninos

 

Los proyectos Legacy

Una parte integral de la «Carrera por el planeta» de Extreme E son los Proyectos Legacy: una serie de proyectos de alto valor social y medioambiental que se llevan a cabo en cada una de las sedes de la carrera. Todas las iniciativas implican la participación de las comunidades locales, empezando por las escuelas y las ONG, y la colaboración con instituciones científicas, con el fin de promover intervenciones para contrarrestar los efectos a largo plazo de la crisis climática. 

El mar y la tierra fueron, por ejemplo, el centro del proyecto Legacy en el último Island X-Prix de Cerdeña: a través de la colaboración con la ONG MedSea, se puso en marcha un proyecto para conservar la Posidonia oceánica –una planta acuática que desempeña un papel clave en la producción de oxígeno–, mitigando los efectos de la contaminación en el mar Mediterráneo y llevando a cabo acciones para espesar las praderas de Posidonia en las aguas de la costa suroeste de la isla. También se llevaron a cabo acciones para prevenir los incendios provocados por el calor estival en la zona de Montiferru (cerca de Oristano, Cerdeña), e iniciativas para potenciar y proteger los ecosistemas forestales, un elemento clave para reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera. 

Durante la tercera edición, en 2023, la Extreme E no solo continuará estas iniciativas y hará un seguimiento de sus resultados, sino que también promoverá nuevos proyectos. En la etapa prevista para mayo, en Escocia, se pondrá en marcha una acción para salvaguardar el salmón nórdico, que está en peligro de extinción. El objetivo es hacer más sostenible la pesca del salmón, mediante un plan de restauración del hábitat natural que incluye la plantación de más de 1200 árboles con la participación de las escuelas locales y la aplicación de prácticas científicas. 

 

La Carrera por el planeta, nuestro compromiso

Los valores puestos en juego en el formato Extreme E coinciden con los pilares de sostenibilidad sobre los que se asienta la estrategia de crecimiento de nuestra empresa: la lucha contra el cambio climático, con objetivos concretos de reducción a cero de las emisiones de CO2 favoreciendo la transición energética hacia la descarbonización gracias a la generación a partir de fuentes renovables y la electrificación del consumo; la salvaguarda de los territorios y las comunidades, con proyectos de creación de valor compartido; y la promoción de la igualdad, la inclusión y la igualdad de género. Son estos valores los que nos han impulsado a apoyar Extreme E: queremos aprovechar la energía evocadora, el entusiasmo y la pasión del deporte para sensibilizar a la opinión pública sobre cuestiones cruciales y, al mismo tiempo, mostrar cómo las tecnologías y soluciones de movilidad eléctrica utilizadas en las condiciones extremas de la pista pueden aplicarse a diario en las carreteras. Soluciones al alcance de todos que pueden contribuir al objetivo de un futuro más sostenible, integrador y sin emisiones.