Agua
El uso responsable de los recursos hídricos y su protección son cruciales tanto para la conservación de los ecosistemas naturales y el bienestar de las personas que viven en ellos, como para el éxito de nuestras actividades. Este es uno de los objetivos estratégicos de nuestra política medioambiental, que persigue la adopción de un enfoque integrado para su óptima gestión.
Para garantizar la sostenibilidad de sus actividades en términos de uso y gestión del agua, se han identificado tres direcciones principales. El uso eficiente de los recursos hídricos, reduciendo la necesidad de agua en todos sus procesos productivos, siempre que sea posible, promoviendo su reutilización interna, prestando especial atención a las zonas con riesgo de escasez de agua (zonas con estrés hídrico).
Optimizar el tratamiento de las aguas residuales y salvaguardar la calidad del agua del entorno de destino, mediante la adopción de tecnologías y prácticas de gestión de vanguardia, respetando plenamente los límites establecidos por la legislación nacional de referencia y las autorizaciones de explotación. Gestión responsable e integrada de las cuencas hidrográficas para preservar los múltiples usos del suelo y la calidad del agua.
En cuanto a la gestión responsable del agua, se han puesto en marcha varios proyectos con el objetivo de identificar las necesidades y las fuentes de extracción de agua en todos sus centros de producción, tanto termoeléctricos como renovables, para poder establecer nuevos objetivos de reducción de la huella hídrica mediante la planificación de una serie de acciones específicas innovadoras de mejora, haciendo especial hincapié en las zonas con estrés hídrico.
También, en lo que respecta a las actividades de las centrales hidroeléctricas, Enel ha puesto en marcha varios proyectos para apoyar un enfoque de gestión integrada y responsable de las cuencas hidrográficas, con el fin de preservar los múltiples usos del suelo y la calidad del agua.
Proyecto WaVE - Reutilización circular del agua en la planta de San Isidro
La central de ciclo combinado de San Isidro (Chile), compuesta por dos unidades con una capacidad total de 778 MW, que es esencial para las necesidades de electricidad del país, está situada en una región con un elevado estrés hídrico, sujeta a frecuentes y prolongados períodos de sequía. Por tanto, reducir el uso del agua es de suma importancia tanto para preservar el recurso y ponerlo a disposición de otros stakeholder locales, como para garantizar la continuidad de la actividad.
La planta ha iniciado una colaboración con otros operadores económicos locales con el objetivo de recuperar el agua de purga de las torres de evaporación para reutilizarla como agua de proceso en la industria minera. El proyecto prevé el funcionamiento de las torres con mayor eficiencia y menor demanda de agua, con lo que la planta ahorrará, aproximadamente, 500 000 m3 de agua al año. Al mismo tiempo, la industria minera evita el suministro directo de agua nueva, realizando así un importante ejemplo de economía circular que puede beneficiar a todos los stakeholders en la zona de captación. El agua recuperada se utiliza en el proceso minero para la molienda y el transporte del mineral, en un circuito cerrado en el que se recircula hasta su completo consumo.
La iniciativa también es sinérgica con la próxima activación en la central de una planta ZLD (Zero Liquid Discharge) –cuyas pruebas piloto están en marcha– que permitirá enviar la purga salina de las torres de refrigeración no solo a la mina, sino también a la planta de recuperación ZLD.
El proyecto se inscribe en un contexto más amplio de intervenciones destinadas a optimizar el uso del agua en las torres de evaporación, que siguen siendo uno de los procesos que más agua consumen en nuestro parque de producción. Entre ellas, la adopción en 2021, en las centrales de Ventanilla y Santa Bárbara, de los sistemas avanzados de control químico que ya se pusieron en marcha el año pasado en la central de Pietrafitta, y que permiten gestionar las torres con un mayor número de ciclos de concentración, reduciendo la necesidad de agua de reposición.
Lavado mecanizado de paneles en plantas solares de Panamá
La producción fotovoltaica en Panamá está distribuida en 7 plantas formadas por, aproximadamente, 375 000 paneles con una capacidad total de 62 MW. El clima tropical húmedo, a menudo combinado con la presencia de plantas de procesamiento de caña de azúcar y aceite cercanas, así como el tráfico de vehículos, hacen que los paneles se ensucien y requieran una limpieza, al menos, una vez al año para evitar un posible deterioro. La limpieza, que hasta ahora se realizaba manualmente, se ha mejorado y optimizado recientemente mediante la adopción de un sistema de limpieza semiautomático de bajo consumo de agua, constituido por una unidad motorizada equipada con un cepillo especial que se extiende por toda la superficie del panel y recorre toda la longitud de la fila de módulos, lo que permite limpiarla en una sola pasada.
El ahorro de agua, en comparación con la limpieza manual, puede estimarse en torno al 68 %, lo que corresponde a más de 0,5 millones de litros de agua en un año de funcionamiento normal.
La iniciativa puede mejorarse en el futuro previendo el almacenamiento y la reutilización del agua de lluvia en lugar del agua que actualmente se suministra por medio de pozos, reduciendo así aún más la presión sobre los recursos hídricos locales.